¿De qué sirve el dolor?

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¿Para qué el dolor, los sacrificios, las penas si no sirven a una mayor unión con Cristo? ¿De qué sirve las pruebas y cruces si anclan en los corazones una gota de amargura?  

Creo que la amargura y la tristeza tienen mucho que ver con la soberbia;  el gozo y la alegría con la humildad. Porque nos afligimos muchas veces acusando al otro o culpando las circunstancias. Reconocemos fácilmente a Satanás, pero olvidamos que por un ángel caído, hay un ejército de ángeles buenos, una jerarquía entera de ángeles que defienden y cuidan el Reino de los cielos, y no contamos con ellos pero si reconocemos el poder del demonio sobre nosotros. Sufrimos en la enfermedad y en las miserias, porque olvidamos que Jesucristo sana, da vida, consuela, acompaña, hace más ligero el yugo . Vivimos los días olvidando el valor que les podemos dar para la eternidad. 

Si tornamos el dolor, las pruebas, los esfuerzos, los sacrificios hacia Dios,  desaparecerán la tristeza y amarguras; nos ayudarán a purificarnos de nuestros defectos o malos hábitos; nos enseñarán el camino manso de la humildad; nos pondremos en el lugar del otro, entenderemos mejor las situaciones y colaboraremos para la paz, el perdón y la felicidad propia y ajena.

Una mayor unión con Cristo es vivir todos los acontecimientos de la vida poniendo a Cristo en medio, y siguiendo sus mandamientos, porque obedecer vale más que cualquier sacrificio vano. Los sacrificios no sirven para nada si no tienen a Dios como meta, a Cristo como modelo. Buscar en las pruebas una mayor  unión con Cristo es estar dispuesto a renunciar a nuestro ser viejo, al manto viejo, al vino viejo. 

Si a raíz de tu sufrimiento, encuentras tu camino de santificación; naces vino nuevo, remiendo nuevo. 

Olvida el manto viejo, renuncia al vino viejo; no acumules rencores ni errores; sé nuevo porque entonces vivirás como los amigos del novio que no quiere nuestros sacrificios ni holocaustos vanos, sino darnos la felicidad y la vida fecunda. Te dejo esta oración de la humildad a San José:

Enséñanos José

Cómo se es "no protagonista"

Cómo se avanza sin pisotear.

Cómo se colabora sin imponerse.

Cómo se ama sin reclamar.

Dinos; José

Cómo se vive siendo "número dos".

Cómo se hacen las cosas fenomenales desde el segundo puesto.

Explícanos

Cómo se es grande sin exhibirse.

Cómo se lucha sin aplauso.

Cómo se avanza sin publicidad.

Cómo se persevera y se muere uno sin esperanza de que le hagan un homenaje.

Amén.

Oración de la comunidad

Toma Señor mi libertad

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno. Todo es Tuyo: dispone de ello según Tu Voluntad. Dame Tu Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

¡Gracias! 48 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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