Cuestión de Obediencia, cuestión de inmediatez

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Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores.
Jesús les dijo: Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres.

Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.

Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. A continuación los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon en pos de él.


El evangelio de hoy, no solo nos muestra el momento en que Cristo inicia el proceso de reclutamiento de quienes serán sus doce apóstoles, sino más concretamente, nos hace pensar en la respuesta de estos al llamamiento que Jesús les hace. Los futuros apóstoles no dudaron, simplemente obedecieron de manera casi instantánea.

¿Qué tan de inmediato respondemos nosotros a lo que Dios nos solicita? ¿Le hacemos esperar?¿Decidimos procastinar?¿Hacemos caso omiso?¿Lo ponemos en la lista de cosas por hacer algún día si tengo tiempo?

Imaginemos hipotéticamente que un día cualquiera Jesús se aparece en nuestra oficina, casa, lugar de trabajo o un parque y nos llama a seguirle. ¿Qué responderíamos? 

Muy seguramente como están las cosas hoy, antes de dar el primer paso le dirías a Jesús: Tomémonos un cafe y cuéntame cuál es en sí tú propuesta.

Nos cuestionaríamos: ¿Que motivacion tengo para dejar las redes, abandonar mi negocio familiar, el sustento de mi familia?¿Quien es ese tal Jesús de Nazareth para yo obedecerle sus pretensiones?¿Abandonar a mi padre terrenal por seguir al mesías?¿Qué destino me depararía esa decisión de seguirle?¿Obtendría algo a cambio?¿Que garantías tendría de que no regresaría arrepentido de haberme ido con él? Y la lista puede seguir...

Por el contrario el evangelio de hoy nos muestra a personas tan normales como nosotros reaccionar de una manera extraordinaria a ese mismo llamado que muchos de nosotros recibimos continuamente o a muchas de las tareas que Jesús solicita de nosotros.

La inmediatez con la que respondemos a su palabra demuestra que tanto le amamos, no vacilemos, no hagamos esperar a quien sostiene nuestra vida; un trabajo, una actividad, una pasión, un capricho, una siesta, un dolor, una persona, una situación; nada puede ser una excusa para hacer esperar al rey de reyes.

La falta de inmediatez es insensatez y al mismo tiempo desobediencia.


Hagamos memoria de todo aquello en lo que le hemos dicho a Dios, ahorita lo hago, a penas me desocupe de esto, mañana, ahora que tenga tiempo... Y pidamos perdón por nuestra necedad.

Oración de la comunidad

Credo de los Apóstoles

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre, todopoderoso. Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén

¡Gracias! 16 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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