Evangelio según San Marcos 1,14-20.

Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo:
"El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia".
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores.
Jesús les dijo: "Síganme, y yo los haré pescadores de hombres".
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron.
Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó,
y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.

Comentario del Evangelio

San Antonio de Padua (1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia
Sermón para la fiesta de san Juan Evangelista («Une Parole évangélique», Franciscaines, 1995); trad. sc©Evangelizo.org

¡“Sígueme”! Jesús dice esas palabras (…) a cada cristiano. Sígueme, desnudo como yo estoy desnudo, libre de todo impedimento como yo soy libre. El libro de Jeremías lo afirma: «Tú me llamarás ‘Mi padre' y nunca dejarás de ir detrás de mí” (Jer 3,19). Sígueme entonces y deposita las cargas que llevas. Cargado como estás, no puedes seguirme, a mí, que avanzo corriendo. “Yo te busco ardientemente, mi alma tiene sed de ti” (Sal 62,2) dice el salmista sobre mí. Es mi sed por salvar a la humanidad. ¿Hacia dónde corrió él? Hacia la cruz. Corre tú también detrás de él. Como llevó su cruz por ti, toma la tuya, por tu bien. Por eso, estas palabras del evangelio de Lucas: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo” renunciando a su voluntad propia, “que cargue con su cruz” mortificando sus pasiones, “cada día” continuamente, “y me siga” (cf. Lc 9,23). (…)

Jesús se dirige a nosotros como una madre que queriendo enseñar a su hijito a caminar, le muestra un pan o una manzana y le dice: “Ven hacia mí y te la daré”. Y cuando el niño está tan cerca que casi puede tomarla, ella se aleja un poquito mostrándole el objeto y diciéndole siempre “Sígueme si quieres tenerlo”. Ciertos pájaros tiran sus pequeños del nido y volando les enseñan a volar y a seguirlo. Jesús hace lo mismo. Se muestra a sí mismo como ejemplo y nos promete su recompensa en el Reino, para que lo sigamos.

“Sígueme” porque yo conozco el buen camino y te guiaré. Leemos en el libro de Proverbios: “Yo te instruyo sobre el camino de la sabiduría, te encamino por senderos rectos. Cuando camines no se acortará tu paso, y si corres, no tropezarás” (Prov 4,11-12 LXX). (…) Entonces, “sígueme”.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 120 personas oraron

2 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

Evangelio del día

Me inscribo