Dios en el corazón y sencillez por fuera
Esta fue la gran experiencia de María Emilia Riquelme, a lo largo de su vida. Dios fue su Único todo, su más grande amor y en esa contemplación profunda de su presencia en la Eucaristía pudo descubrir y vivir que la sencillez es la virtud que hace que sea posible entender y comprenderlo todo con ojos y corazón de niño, Ella se dejó guiar, llevar, adaptó su corazón a lo más bello y sublime que engalana el corazón humano.
Gracias María Emilia por este Sí generoso y porque nos permites vivir desde lo pequeño, desde lo sencillo, desde lo que no cuenta a los ojos del mundo, pero sí a la luz de la esperanza, de la estrella que brilla más allá del horizonte y que traspasa fronteras. Ayúdanos a tener nuestro corazón y nuestra mente siempre en el centro que es Jesús.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6