Evangelio según San Mateo 21,23-27.

Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?".
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?". Ellos se hacían este razonamiento: "Si respondemos: 'Del cielo', él nos dirá: 'Entonces, ¿por qué no creyeron en él?'.
Y si decimos: 'De los hombres', debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta".
Por eso respondieron a Jesús: "No sabemos". El, por su parte, les respondió: "Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto".

Comentario del Evangelio

San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte), doctor de la Iglesia
Comentario sobre los Salmos: Sal. 109, 1-3: CCL 40, 1601-1603 (Liturgia de las Horas I, CEA, Barcelona, Regina, 19834; 2º Miérc. Adviento)

Sin embargo, hermanos, como a los hombres les parecía increíble la promesa de Dios de sacarlos de su condición mortal –de corrupción, bajeza, debilidad, polvo y ceniza– para asemejarlos a los ángeles, no sólo firmó una alianza con los hombres para incitarlos a creer, sino que también estableció un mediador como garante de su fidelidad; y no estableció como mediador a cualquier príncipe o a un ángel o arcángel, sino a su Hijo único. Y por él nos mostró el camino que nos conduciría hacia el fin prometido. Pero no bastó a Dios indicarnos el camino por medio de su Hijo: quiso que él mismo fuera el camino, para que, bajo su dirección, tú caminaras por él. (…)

¡Qué lejos estábamos de él! ¡Él tan alto y nosotros tan abajo! Estábamos enfermos, sin esperanza de curación. Un médico fue enviado, pero el enfermo no lo reconoció, “porque si lo hubieran conocido, no habrían crucificado al Señor de la gloria” (1Cor 2,8). Pero la muerte del médico fue el remedio del enfermo; el médico había venido a visitarlo y murió para curarlo. Hizo entender a los que creyeron en Él que era Dios y hombre: Dios que nos creó, hombre que nos recreó. Una cosa se veía en Él, otra estaba escondida. La que estaba escondida, ganaba en mucho sobre la que se veía. (…) El enfermo fue curado por lo que era visible, para llegar más tarde a ser capaz de ver plenamente. Esta visión última, Dios la difería escondiéndola, no la negaba.


    

Oración de la comunidad

Padre Nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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