Día 3: nuestras heridas sanadas por la herida del Amor de Dios
Queridos amigos:
¡Bienvenidos a este retiro que seguiremos de la mano del gran místico San Juan de la Cruz!
Para hoy
El otro día estaba en mi trabajo y se me había roto el jersey por una manga, y la verdad, me daba vergüenza que se viera el roto. Así que cada vez que me levantaba de mi sitio intentaba doblar la manga de manera que no se viera y era bastante incómodo la verdad. Hasta que al final dije bueno pues que se vea ¡qué más da! ¡Qué piensen lo que quieran de mí! Me vino entonces a la cabeza que esta situación de incomodidad también la tenemos cuando queremos ocultar nuestras heridas emocionales, o cuando estas mismas están ocultas sin que lo podamos evitar. Yo no quería que se viera el roto del jersey porque no me encontraba entre gente amigable o con la que tuviera una relación de amistad. Si hubiese estado en otro ambiente no me hubiese importado.
Con las heridas de nuestro corazón nos pasa lo mismo. A veces nuestra vida se vuelve muy incómoda por los rotos que llevamos dentro. Sin embargo ante Dios no tenemos que ocultar nada, podemos presentar nuestros rotos ante Él.
Sus textos
San Juan de la Cruz nos explica como el Amor de Dios nos causa una herida en el alma que nos sana de nuestras propias heridas. Dice así:
Y para dar a entender cómo sea esta llaga con que aquí ella habla , es de saber que el cauterio del fuego material en la parte do asienta siempre hace llaga, y tiene esta propiedad : que si sienta sobre llaga que no era de fuego, la hace que sea de fuego. Y eso tiene este cauterio de amor, que en el alma que toca, ahora esté llagada de otras llagas de miserias y pecados, ahora esté sana, luego la deja llagada de amor: y ya las que eran llagas de otras causa, quedan hechas llagas de amor. Pero en esto hay diferencia de este amoroso cauterio al del fuego material; que éste la llaga que hace no la puede volver a sanar, si no se aplican otros medicables, pero la llaga del cauterio de amor no se puede curar con otra medicina, sino que el mismo cauterio que la hacer la cura, y el mismo que la cura, curándola la hace; porque, cada vez que toca el cauterio de amor en la llaga de amor, hace mayor llaga de amor, y así cura y sana más, por cuanto llaga más; porque el amante, cuanto más llagado está, más sano; y la cura que hace el amor es llagar y herir sobre lo llagado, hasta tanto que la llaga sea tan grande, que toda el alma venga a resolverse en llaga de amor. Y de esta manera ya toda cauterizada y hecha una llaga de amor, está toda sana en amor, porque está transformada en amor"
(Llama de amor viva, Canción 2 ,verso 2, punto 7)
Meditemos
-Te invito a hacer un rato de oración presentando tus heridas al Amor de Dios.
-Retírate si puedes a un lugar tranquilo.
-Relájate con una respiración profunda y abandona todas tus preocupaciones en manos de tu padre Dios. Delante de Jesús y siendo sinceros con El le mostramos nuestro corazón herido , y la armadura que nos hemos puesto para defendernos.
-Habla con Jesús: como tenemos mucho miedo a quitarnos la armadura se lo decimos a Jesús. El nos entiende y nos ama. Tal vez no nos veamos preparados, tengamos miedo, desconfianza. No queremos. Le decimos a Jesús que no queremos. Que preferimos seguir con nuestra armadura, que no somos capaces de afrontar el dolor. Lo importante es ser sinceros con nosotros mismos y con Jesús. El primer paso es reconocer que no podemos. Nos quedamos tranquilos porque Jesús nos comprende y nos ama como somos y como estamos ahora. Le pedimos que El nos ayude dejarnos sanar por su herida de Amor.
Oremos
Ven Jesús con tu Amor y sana nuestros corazones heridos. Gracias. Amén.
Queridos amigos, ¡Hasta mañana!
¡Gracias! 305 personas oraron
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6