Sin el amor a ti mismo no es posible la sanación

Queridos amigos:

La idea de esta comunidad era aplicar las enseñanzas de San Juan de la Cruz a nuestra vida y descubrir un camino de sanación interior. Esto solo se puede hacer desde la experiencia diaria. Esta semana tuve yo una experiencia que quería compartir con vosotros. No me gustaría que esta comunidad se convirtiera en algo teórico, aunque en ocasiones haya podido ser así. No es fácil la tarea de aplicar las doctrinas de este gran místico a la vida de cada día, pero lo intentaremos.

Como os decía esta semana me encontraba yo un poco desanimada. Y estaba en oración y de pronto mi mente empezó a divagar, ¿Cómo puedo estar yo hablando del Amor de Dios y de San Juan de la Cruz si ahora mismo me doy cuenta de que yo no me siento querida por Dios? Fue una experiencia muy fuerte de no poder sentir y de no poder creer que Dios me quería. Fue dolorosa y también desconcertante. Entonces intenté hacer silencio interior y tener fe en Dios a pesar de la tormenta que estaba experimentando

Y entonces me imaginé que Jesús me presentaba la siguiente escena: Yo durante el día golpeándome la rodilla con un martillo y luego llegando a la oración con la rodilla machacada y pidiéndole a Jesús que me la sanara. Ridículo ¿no? Entonces comprendí que ese estado de ánimo que tenía en ese momento, esa falta de amor experimentada no era más que el resultado de un dialogo interior que yo había tenido durante los días anteriores. Me di cuenta de que a raíz de un hecho que había sucedido esa semana yo había empezado a sostener unos pensamientos negativos y poco amorosos hacia mí. Y como eran muy sutiles no me había dado cuenta. Pero el amor había decrecido en mi interior por ese diálogo interno. En ese estado no era posible pensar que nadie podía amarme porque la primera que no me amaba era yo. Y entonces comprendí lo sanadora que es la doctrina de San Juan de la Cruz cuando habla de la purificación del entendimiento. Dentro de esto está vigilar todos esos pensamientos negativos a los que a veces damos rienda suelta.

Cuando vamos a la oración llevamos toda esa carga con nosotros. Y Dios no nos va a liberar de algo que podemos conseguir por nosotros mismos con una disciplina mental, con un estar más consciente de cómo nos tratamos, que cosas nos decimos, cuanto nos queremos. Porque Jesús dijo “Ama a tu prójimo como a ti mismo” y muchas veces se nos olvida esta segunda parte.

Es verdad que a veces nos viene como una avalancha de pensamientos y sentimientos negativos, tal vez porque una herida profunda nuestra ha sido abierta por un hecho externo que ha actuado de desencadenante. En esas ocasiones hay que saber que la tormenta pasará y esperar confiando en Dios. Y en la oración no hacer mucho caso de lo sensible, tanto de lo positivo como de lo negativo, con fe en que Dios actúa a un nivel mucho más profundo.

Dice así San Juan de la Cruz en Subida del Monte Carmelo Libro 2 Capitulo 11 puntos 2 y 3:

"Porque más propio y ordinario le es a Dios comunicarse al espíritu, en lo cual hay más seguridad y provecho para el alma, que al sentido, en el cual ordinariamente hay mucho peligro y engaño, por cuanto en ellas se hace el sentido corporal juez y estimador de las cosas espirituales, pensando que son así como las siente, siendo ellas tan diferentes como el cuerpo del alma y la sensualidad de la razón. Porque tan ignorante es el sentido corporal de las cosas espirituales digo, como un jumento de las cosas razonales , y aún mas. Y así yerra mucho el que las tales cosas estima, y en gran peligro se pone de ser engañado, y, por lo menos, tendrá en sí total impedimento para ir a la espiritual, porque todas aquellas cosas corporales no tienen, como habemos dicho, proporción alguna con las espirituales. Y así, siempre se han de tener las tales cosas por más cierto ser del demonio que de Dios: el cual en lo más exterior y corporal tiene más mano, y más fácilmente puede engañar en esto que en lo que es más interior y espiritual."

Os pongo un enlace a una charla muy interesante sobre el silencio en la vida interior para los que queráis seguir profundizando en el tema:

Silencio y vida interior 

Espero que mi experiencia de esta semana haya podido ayudar a alguien, ojalá que  también compartáis las vuestras.

¡Hasta la próxima semana!

Oración de la comunidad

Jesús tu nombre me sana

Jesús, repito tu dulce Nombre, tranquilamente, empiezo a descansar en Ti, confío en Ti. Jesús, Tu sabes que estoy lleno de preocupaciones. Respiro suavemente , repito tu dulce Nombre y pongo todo el peso de mis ansiedades en tu hombro divino. Y ahora apoyo mi rostro en tu regazo y me dejo acariciar por tu mano dulce que me da tanta seguridad. Oigo tu voz suave que me dice que nada tema que Tú estás aquí conmigo. Jesús, Jesús, Jesús...

¡Gracias! 219 personas oraron

10 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Sanación interior con San Juan de la Cruz y otros místicos

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