¡La Navidad es dentro de cuatro días! En la efervescencia de las tiendas, en la carrera para comprar los últimos regalos y en el estruendo de las calles decoradas, el tiempo se nos escapa de las manos... ¡Y no nos sentimos listos! Para aquellos que han seguido con escasa asiduidad estos «25 días para seguir la estrella», es tiempo de volver a hacerlo seriamente antes de la Navidad. ;-)

Dios viene, y viene a nosotros. ¡No sólo hace 2.000 años, sino cada día de nuestra vida! ¿Tenemos sed de Dios?

Una noche, a espaldas de todos, sor Emmanuelle se quedó en la gruta de Belén en la cual se dice que nació Jesús: «... me pasé la noche ante aquel pesebre en el cual, hace 2.000 años, colocaron un ser en carne y hueso, Dios hecho niño, era Emanuel. ¡Ah, Dios mío! ¡Qué noche!» A los 90 años, sor Emmanuelle comparte con nosotros aquel momento de gracia:

Hoy, puedo ir a recogerme ante el Belén de una iglesia, por ejemplo, después de la misa, y dejar que la cuna crezca en mí y me abra al infinito que sólo ese Niño puede colmar.

«Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.» (Mt 5,8)

 

Oración:

«Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga».

Salmo 50, versículos 12 y 14