Queridos amigos:

Los que formamos parte de esta comunidad seguro que tenemos muchas cosas en común. No sé cuáles serán, pero intuyo que una de ellas es que todos nosotros amamos a Dios y tenemos una sed infinita de Él. Y otra de ellas no la intuyo, sino que la sé. Todos tenemos sufrimientos ¿verdad? Esto es algo inherente al ser humano. Somos tan frágiles, tan débiles, tan pobres…y a la vez tan amados de Dios.

A algunos de vosotros sí os conozco y sé que estáis pasando por períodos de incertidumbre y dolor y que no entendéis los planes de Dios en vuestra vida. A otros no os conozco y sé que también os pasa esto. A mí también me ha pasado, he vivido períodos muy oscuros en los que gritaba a Dios desesperadamente y no encontraba respuesta. Los he vivido y sé que lo volveré a vivir y que a todos nos pasa y nos pasará. Porque como dice la Escritura:

“Mis planes no son vuestros planes, ni mis pensamientos son vuestros pensamientos…” 

-Isaías 55:8-10.

La reflexión de hoy:

Hay muchos momentos en nuestra vida en que nuestro entendimiento, nuestra forma de entender las cosas se encontrará con un muro infranqueable y no nos quedará otro remedio que dar un salto en fe. Eso o alejarnos de Dios. Pero ¿Cómo alejarnos de Aquél que nos ama tanto? No podemos, tú sabes que no puedes. No puedes alejarte de Dios, aunque no lo entiendas, porque lo amas, y sobre todo Él te ama a ti.  

Tienes que dar ese salto de fe. Y en los tiempos de más oscuridad o de más falta de entendimiento de su voluntad te invito a que incrementes tu trato con Él. Precisamente cuando más te gustaría salir corriendo es el tiempo de refugiarte en Él. Sé que si estás sumergido en la angustia y en la desesperación no verás nada, no sentirás nada. Permanece unido al que crees que ya no te ama, al que crees que te ha abandonado, al que crees que ya no te escucha. Permanece unido a Él de alguna forma, aunque no puedas ni rezar, tal vez con un grito débil en tu corazón. Permanece unido a Él, porque desde luego Él lo está a ti, ahora más que nunca. Pero tienes que hacerlo en fe porque no lo creerás.

Santa Teresa de Jesús experimentó en su vida, como todos los santos, estos momentos de turbación. Por eso escribió este poema que muchos conoceréis. Medítalo con calma en tu corazón. Tus sentimientos te dirán que no es verdad, pero tu fe te dice que sí lo es. También los que hemos experimentado esa turbación y ese abandono en tantas ocasiones te podemos decir que tengas fe, que confíes que Dios está contigo, aunque no lo entiendas.   

Y además no estás solo. Pide ayuda en esta comunidad. Puedes pedir oración o expresar tu lamento. Tal vez piensas que a nadie le interesa. Pero por lo menos a mi si me interesa. Estoy aquí para ayudarte si puedo. Y creo que los demás también. No estás solo.

Textos de Santa Teresa:

Os dejo con el poema de Santa Teresa y un enlace a una canción basada en el mismo:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:

Sólo Dios basta.
Eleva tu pensamiento,
al cielo sube,
por nada te acongojes,
nada te turbe.

A Jesucristo sigue
con pecho grande,
y, venga lo que venga,
nada te espante.
¿Ves la gloria del mundo?
Es gloria vana;
nada tiene de estable,
todo se pasa.

Aspira a lo celeste,
que siempre dura;
Fiel y rico en promesas,
Dios no se muda.

Ámala cual merece
bondad inmensa;
pero no hay amor fino
sin la paciencia.

Confianza y fe viva
mantenga el alma,
que quien cree y espera
todo lo alcanza.

Del infierno acosado
aunque se viere,
burlará sus furores
quien a Dios tiene.

Vénganle desamparos,
cruces, desgracias;
siendo Dios tu tesoro
nada te falta.

Id, pues, bienes del mundo;
id dichas vanas;
aunque todo lo pierda,
sólo Dios basta.

Contenido de hoy:

Os propongo seguir meditando en estas palabras de Santa Teresa de Ávila, a modo de canción. Espero os guste:

🍀  ¡Hasta la próxima semana queridos amigos!