Un Corazón que nos ama hasta el extremo

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Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.  (Jn 3, 16-17)

En el Corazón de Jesús encontramos la grandeza del Amor Divino, en Él descubrimos a este Dios que se abaja hasta nosotros, se encarna, asume nuestra realidad humana y se ofrece enteramente al Padre para realizar su Voluntad y darnos la Salvación.

El Papa Benedicto XVI en la carta del 15 de mayo de 2006 al Prepósito General de la Compañía de Jesús con motivo del 50° aniversario de la Encíclica Haurietis Aquas dice:

El costado traspasado del Redentor es la fuente a la que (…) debemos recurrir (…) para alcanzar el verdadero conocimiento de Jesucristo y experimentar más a fondo su amor. Así podremos comprender mejor lo que significa conocer en Jesucristo el amor de Dios, experimentarlo teniendo puesta nuestra mirada en él, hasta vivir completamente de la experiencia de su amor, para poderlo testimoniar después a los demás.                              Dado que el amor de Dios encontró su expresión más profunda en la entrega que Cristo hizo de su vida por nosotros en la cruz, es sobre todo al contemplar su sufrimiento y su muerte como podemos reconocer de manera cada vez más clara el amor sin límites que Dios nos tiene.                                                                                                                                        Quien acepta el amor de Dios interiormente queda modelado por él. El hombre vive la experiencia del amor de Dios como una «llamada» a la que tiene que responder (…) La contemplación del costado traspasado por la lanza nos hace sensibles a la voluntad salvífica de Dios. Nos hace capaces de abandonarnos a su amor salvífico y misericordioso, y al mismo tiempo nos fortalece en el deseo de participar en su obra de salvación, convirtiéndonos en sus instrumentos.

Pidamos para que cada día podamos descubrir a este Dios que nos ama, que sale a nuestro encuentro y nos habla a través de las situaciones y de las personas con las que nos encontramos cada día.

El testimonio de Santa Gertrudis la Grande

Santa Gertrudis nació el 6 de enero de 1256 en Eisleben (Turingia).

Ella se adelantó a su tiempo en ciertos puntos, como la comunión frecuente, la devoción a San José y al Sagrado Corazón. Con frecuencia hablaba del Sagrado Corazón con Santa Matilde y se cuenta que en dos visiones diferentes reclinó la cabeza sobre el pecho del Señor y oyó los latidos de su corazón. 

En una de las revelaciones el Corazón de Jesús le habría declarado:

“Nada me da tanta delicia como el corazón del hombre, del cual muchas veces soy privado. Yo tengo todas las cosas en abundancia, sin embargo, cuánto se me priva del amor del corazón del hombre”(Extraído de www.corazones.org.)

Jaculatoria:

Corazón de Jesús, Ardiente de amor por nosotros, inflama nuestro corazón en tu amor.


Oración de la comunidad

Confía en el Corazón de Jesús

Confía en Él, cuando te asalta la noche de la duda. Confía en Él, cuando tu fuerza es débil. Confía en Él, cuando el confiar únicamente te parece la cosa más ardua. ¡Confía en Él! Él es siempre fiel. Confía en Él, pues el Corazón de Jesús es tu único reposo.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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