Queridos amigos:

A todos los que os vais incorporando recientemente a esta comunidad daros la bienvenida y recordaros que podéis leer las publicaciones anteriores en vuestro lugar de oración para poder seguir mejor  las nuevas publicaciones.  Recordaros también que todos esperamos vuestros comentarios, testimonios o preguntas que enriquecerán a todo el grupo.

El otro día hablamos de que cuando el alma ya tiene una relación profunda con Dios su voluntad se va identificando  con la divina y por lo tanto su vida se deja conducir por el Espíritu Santo.  Al inicio de nuestra relación con Dios, o cuando no nos comprometemos del todo con Él, parece que nuestra vida se divide en compartimentos estancos, unos para Dios y otros para nosotros. Pero llega un momento, y tiene que llegar si queremos ser felices y corresponder al amor de Dios, que todo es de Él. Y además todo nos lleva a Dios y nos parece estar siempre en su presencia como le pasaba a Santa Teresa. Y disfrutamos de las cosas de la vida mucho más.  

Textos de Santa Teresa:

“También entre los pucheros anda el Señor”. 

-Fundaciones 5,8.

"A cabo de dos años que andaba con toda esta oración mía y de otras personas para lo dicho, o que el Señor me llevase por otro camino, o declarase la verdad, porque eran muy continuo las hablas que he dicho me hacía el Señor, me acaeció esto: estando un día del glorioso San Pedro en oración, vi cabe mí o sentí, por mejor decir, que con los ojos del cuerpo ni del alma no vi nada, mas parecíame estaba junto cabe mi Cristo y veía ser El el que me hablaba, a mi parecer. Yo, como estaba ignorantísima de que podía haber semejante visión, diome gran temor al principio, y no hacía sino llorar, aunque, en diciéndome una palabra sola de asegurarme, quedaba como solía, quieta y con regalo y sin ningún temor. Parecíame andar siempre a mi lado Jesucristo, y como no era visión imaginaria, no veía en qué forma; mas estar siempre al lado derecho, sentíalo muy claro, y que era testigo de todo lo que yo hacía, y que ninguna vez que me recogiese un poco o no estuviese muy divertida podía ignorar que estaba cabe mí."

-Libro de la Vida Capítulo 27 punto 4. 

La reflexión de hoy:  

Dios está en toda nuestra vida divinizándola y haciéndonos muy felices. Y para esto son imprescindibles esos momentos de oración personal, dedicados exclusivamente a Él, que es donde nos vamos alimentando y transformándonos. Y a la vez, al ser personas orantes también nuestra vida cambia. Los ratos fuertes de oración que tenemos todos los días contribuyen a que esa presencia de Dios pueda mantenerse durante toda nuestra jornada .

Santa Teresa vivió una gracia especial que le concedió Dios. Ella a partir de un determinado momento empieza a sentir la presencia física de Jesús, cuenta así  en el Libro de la Vida Capítulo 27 punto 4, citado anteriormente.

Esta era una gracia sobrenatural que tuvo Santa Teresa pero tampoco es tan extraño que una persona con una unión muy íntima con Dios sienta esta presencia a lo largo del día. Tal vez nosotros ahora no sintamos esa presencia de esta forma tan sensible pero por fe sabemos que Dios está con nosotros siempre y podemos alimentar esa presencia  y utilizar nuestra imaginación para visualizar que Jesús nos acompaña en todo lo que hacemos. 

Contenido de hoy:

Os pongo hoy un enlace a una charla muy interesante del Padre Maximiliano Hérraiz un carmelita gran experto en Santa Teresa de Jesús, espero que os guste:

🍀¡Buena semana a todos!