Servicio
Extracto
Una tarde de invierno estaba yo, como de costumbre, cumpliendo con mi tarea. Hacía frío y era de noche... De pronto, oí a lo lejos el sonido armonioso de un instrumento musical. Entonces me imaginé un salón muy iluminado, todo resplandeciente de ricos dorados; unas jóvenes elegantemente vestidas se hacían unas a otras toda suerte de cumplidos y de cortesías mundanas. Luego mi mirada se posó sobre la pobre enferma a la que estaba sosteniendo: en vez de una melodía, escuchaba de tanto en tanto sus gemidos lastimeros; en vez de ricos dorados, veía los ladrillos de nuestro austero claustro apenas alumbrado por una lucecita.
No puedo expresar lo que pasó en mi alma. Lo que sí sé es que el Señor la iluminó con los rayos de la verdad, que excedían de tal forma el brillo tenebroso de las fiestas de la tierra, que no podía creer en mi felicidad...
No, no cambiaría los diez minutos que me llevó realizar mi humilde servicio de caridad por gozar mil años de fiestas mundanas...
Si ya en el sufrimiento y en medio de la lucha es posible gozar un instante de una dicha que excede a todas las alegrías de la tierra sólo con pensar que Dios nos ha sacado del mundo, ¡qué será en el cielo cuando, abismadas en un júbilo y en un descanso eternos, veamos la gracia incomparable que el Señor nos ha concedido al elegirnos para habitar en su casa, verdadero pórtico del cielo...!
Manuscrito C Folio 30 r
Intención de Oración
Sólo por hoy, con la intercesión de Santa Teresita, sirvamos a los demás y aceptemos ser el instrumento de Dios
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6