Oración de quietud

Queridos amigos:


Habíamos entrado ya en anteriores publicaciones en las cuartas moradas, a las que Santa Teresa dedica varios capítulos. Nosotros también, si os parece bien, nos detendremos a profundizar en estas estancias con la ayuda de la santa, y con la iluminación del Espíritu Santo al que siempre pedimos su ayuda, pues es El que lo hace todo, nosotros abrimos la puerta y nos disponemos.  

Como ya hemos comentado en anteriores publicaciones los teólogos que han estudiado la obra de Santa Teresa señalan las cuartas moradas como el principio de la vida mística o comienzo de la vía iluminativa. En San Juan de la Cruz se señala el paso a esta vía una vez que se ha pasado por la noche pasiva del sentido. Una explicación teológica y comprensible de estas tres vías podemos encontrarla en el libro “Las tres edades de la vida interior” del padre R. Garrigou-Lagrange, todo un clásico de la espiritualidad que podréis conseguir fácilmente.


La reflexión de hoy:  

Haciendo un resumen rápido. Tendríamos tres grados, el de los principiantes que corresponde a la vía purgativa en la que la persona lleva una vida de oración sobre todo discursiva y la purificación es activa, es decir la persona hace obras exteriores, mortificaciones y lleva un plan de vida ascético.  Se correspondería con las tres primeras moradas de Santa Teresa. El segundo grado que sería el de los proficientes, correspondiente a la vía iluminativa en la que la persona lleva una vida de oración contemplativa, oración de quietud o infusa que se suele ver precedida por una etapa de purificación pasiva de los sentidos, muy bien explicado por San Juan de la Cruz.  Esta etapa se correspondería con las cuartas moradas, quintas y sextas. Y la tercera etapa la vía unitiva, la de los perfectos, que serían los que han llegado unión con Dios y se correspondería con la séptima morada. Existen discrepancias entre los autores en esta clasificación, pero más o menos vendría a ser algo así:

La primera vía es eminentemente activa. Es el sujeto que actúa. Las dos otras etapas son sobre todo pasivas, es Dios quien va conduciendo al alma y la va sometiendo a todo tipo de purificaciones.



Textos de Santa Teresa:

Dicho esto, que me parecía importante recordar, vamos a ver lo que nos dice Santa Teresa en estas cuartas moradas precisamente de esa oración de quietud. Lo podéis encontrar en el Capítulo segundo de las Cuartas Moradas:

“Los que yo llamo «gustos de Dios» -que en otra parte lo he nombrado «oración de quietud»- es muy de otra manera, como entenderéis las que lo habéis probado por la misericordia de Dios. Hagamos cuenta, para entenderlo mejor, que vemos dos fuentes con dos pilas que se hinchen de agua, que no me hallo cosa más a propósito para declarar algunas de espíritu que esto de agua; y es, como sé poco y el ingenio no ayuda y soy tan amiga de este elemento, que le he mirado con más advertencia que otras cosas; que en todas las que crió tan gran Dios, tan sabio, debe haber hartos secretos de que nos podemos aprovechar, y así lo hacen los que lo entienden, aunque creo que en cada cosita que Dios crió hay más de lo que se entiende,  aunque sea una hormiguita.

Estos dos pilones se hinchen de agua de diferentes maneras: el uno viene de más lejos por muchos arcaduces y artificio; el otro está hecho en el mismo nacimiento del agua y vase hinchendo sin ningún ruido, y si es el manantial caudaloso, como éste de que hablamos, después de henchido este pilón procede un gran arroyo; ni es menester artificio, ni se acaba el edificio de los arcaduces, sino siempre está procediendo agua de allí. Es la diferencia que la que viene por arcaduces es, a mi parecer, los «contentos» que tengo dicho que se sacan con la meditación; porque los traemos con los pensamientos, ayudándonos de las criaturas en la meditación y cansando el entendimiento; y como viene en fin con nuestras diligencias, hace ruido cuando ha de haber algún henchimiento de provechos que hace en el alma, como queda dicho.

Estotra fuente, viene el agua de su mismo nacimiento, que es Dios, y así como Su Majestad quiere, cuando es servido hacer alguna merced sobrenatural, produce con grandísima paz y quietud y suavidad de lo muy interior de nosotros mismos, yo no sé hacia dónde ni cómo, ni aquel contento y deleite se siente como los de acá en el corazón -digo en su principio, que después todo lo hinche-, vase revertiendo este agua por todas las moradas y potencias hasta llegar al cuerpo; que por eso dije que comienza de Dios y acaba en nosotros; que cierto, como verá quien lo hubiere probado, todo el hombre exterior goza de este gusto y suavidad.”


Tal vez tengamos que leer estos párrafos varias veces ya que estamos respetando el castellano con el que escribió Santa Teresa pero merece la pena porque al final se acaba captando el mensaje. 

Como siempre espero vuestros comentarios y sugerencias que nos enriquecerán mucho a todos. Y si alguien tiene alguna necesidad de oración puede pedir oración a los miembros de la comunidad.


Contenido de hoy:

El otro día os puse un enlace a un vídeo muy tierno sobre la sequedad en la oración. Hoy os traigo otro sobre la oración de simplicidad. Espero que os guste.


La oración de simplicidad 


     

💡Bonus: 

siguiendo con el análisis de la vida de Santa Teresa de Ávila, Hozana pone a vuestra disposición un retiro de 9 días en el que reflexionaremos y meditaremos con Santa Teresa de Jesús, hablando de como afrontó sus dificultades en la vida y en la oración. Os dejo aquí el enlace por si os queréis apuntar: Retiro con Santa Teresa de Jesús. Una mística muy humana. 

    

🍀 ¡Hasta la próxima semana!

Oración de la comunidad

Oración de santa Teresa de Ávila

Nada te turbe, nada te espante. Todo se pasa. Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta. Sólo Dios basta.

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2 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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