4 de octubre. San Francisco de Asís
Celebramos hoy a un santo estimado por todos los hombres, incluso los no creyentes. ¿Qué tiene san Francisco que no tienen el resto de los santos?
Tiene lo mismo: virtudes heroicas, milagros bajo su intercesión, alegría y caridad. Quizás no sea el propio San Francisco, sino su época la que lo hacen tan apreciado.
Pensemos que vive en un mundo medieval, que preludia el Renacimiento. Un mundo de fastuosidad y de guerras, dónde se alaba a Dios con la boca pero no con el corazón. Por eso, San Francisco nos indica el camino: mirar a Dios desde la pequeñez y la pobreza, desde nuestra condición de criaturas. Sólo así nos daremos cuenta de la inmensidad de su Amor, transmitida a través de la Creación.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6