DÍA SÉPTIMO- 14 DE OCTUBRE

Por la señal ✠ de la santa Cruz; de nuestros ✠ enemigos líbranos, Señor ✠ Dios nuestro. 

En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén. 

 

Acto de contricción

Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Criador y Redentor mio, por ser Vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido: propongo firmemente de nunca más pecar, y de apartarme de todas las ocasiones de ofenderos, y de confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta: ofrézcoos mi vida, obras y trabajos en satisfacción de todos mis pecados; y así como os lo suplico, así confío en vuestra bondad y misericordia infinita me los perdonaréis, por los merecimientos de vuestra preciosísima Sangre, Pasión y Muerte, y me daréis gracia para enmendarme y para perseverar en vuestro santo servicio hasta la muerte. Amén.

 

Oración preparatoria para todos los días

¡Oh glorioso San Gerardo!, doy gracias a Dios quien os ha coronado en el Cielo con tan grande gloria y os ha elevado a un trono tan excelso entre los Santos y Angeles del Paraíso. Ahora, mientras gozáis de la bienaventuranza celestial, no os olvidéis de mí, vuestro siervo y devoto. Mirad los peligros que me amenazan, los males y miserias que me agobian. Emplead vuestro poder y valimiento cerca de Dios para socorrerme en mi necesidad. Dios, quien durante vuestra vida oía siempre vuestras súplicas, no desatenderá vuestros ruegos ahora cuando estáis cerca de Él en el reino de la gloria. Rogad por mí y obtenedme, por la intercesión de María Santísima, las gracias que os pido en este piadoso ejercicio. Amén.

 

Reflexión

Alma mía, ¿confías en el Señor como debes? Has de saber que la oración es el gran medio de salvación, como la llama San Alfonso. ¿Y tú recurres a Dios en las tentaciones? ¿Qué haces para resistirlas? ¿Le pides al Señor, con fervor y asiduidad, te de fortaleza y perseverancia para combatirlas? “No será coronado” –dice el Apóstol– “sino el que combatiere como es debido”. 

 

Oración para el día séptimo

¡Oh San Gerardo!, el Infierno se ha desencadenado contra mí; una furiosa tempestad ha levantado las pasiones de mi corazón. Me parece que empiezo ya a sumergirme. Mi corazón hace trato con el enemigo; mi voluntad no cuida casi más de la mano que la pueda socorrer, que podría arrancarla de las asechanzas de Satanás; y, para colmo de desgracia, mi lengua trabada no habla más ni a Dios para implorar su socorro, ni a los hombres para que me den algún buen consejo.

 ¡Tened piedad de mí, oh mi Santo Protector! Numerosas son las victorias que conseguisteis sobre el demonio: obtenedme la fuerza de triunfar a mi vez. Vos le mandabais como dueño; haced que yo no sea jamás su esclavo. Implorando el socorro de la Reina del Cielo, vencisteis al infierno; no permitáis, que en los asaltos que da el enemigo a mi alma, descuide de invocar a María. Quiero invocar a la Santísima Virgen; pero invocadla también Vos por mí, para que me proteja y me haga salir victorioso.

Asistidme, ¡oh San Gerardo!, ahora y en todo el curso de mi vida hasta mi última hora. Yo quiero poder en el Cielo bendecir vuestro caritativo socorro, que me habrá hecho merecer la corona de los elegidos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.

 

Meditación: San Gerardo poderoso contra las tentaciones del demonio

Viajando un día de riguroso invierno, vióse Gerardo sorprendido por espesísima niebla en medio de los bosques. Perdió nuestro viajero el camino, y marchando sin rumbo fijo, advirtió de repente que se hallaba al borde de un precipicio. Quiso retroceder, pero en el mismo instante surge ante sus ojos un fantasma horrible que, con infernal sonrisa exclama: “Llegó, miserable frailecito, la hora de mi venganza; al fin has caído en mis manos, puedo hacer de ti lo que me plazca”. Era el demonio. Sobrecogido quedó Gerardo, pero poniendo su confianza en Dios tiende imperiosamente la mano hacia Satanás y le dice: “Bestia infernal, en nombre de la Santísima Trinidad te mando que tomes las riendas de mi caballo y me conduzcas hasta Lacedonia”. Rechinaron los dientes de aquel monstruo, crispáronsele los cabellos, pero la virtud de la Santísima Trinidad le forzó a servir de guía y escudero al siervo de Dios.

 

INVOCACIONES A SAN GERARDO
  . Oh San Gerardo, cuya santidad, bondad y milagroso poder han hecho nacer en mi corazón tan viva confianza,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. En mis luchas contra el demonio, el mundo y las malas pasiones, para que consiga la victoria,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Si la costumbre de pecar impusiere a mi alma un yugo vergonzoso, para que, junto con la gracia, vuelva a hallar la santa libertad de los hijos de Dios,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Si tuviere la desgracia de abusar de los Sacramentos de la Penitencia y Eucaristía, para que, en adelante, confiese y comulgue con buenas disposiciones,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Si por la injusticia de los hombres, me viere blanco y víctima de calumnias, vejámenes y malos tratamientos, para que perdone, olvide y devuelva bien por mal,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. En las pruebas de la vida, enfermedades, pesares, falta de éxito, reveses de fortuna, para que lleve todo con resignación cristiana,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. En el cumplimiento de mis deberes de estado, a fin de que, por amor a Dios, los desempeñe con entera fidelidad,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Para que practique las virtudes que santifican a los elegidos: la humildad, la caridad, la mortificación, la obediencia y el santo abandono a la voluntad de Dios,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Para que vuestros ejemplos de celo me lleven a emplearme con valor en la salvación del prójimo,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Para que muera en la gracia y amistad de Dios auxiliado por Jesús y por María,

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

. Rogad por nosotros, San Gerardo.

. Rogad por mí, compasivo protector.

 

Oración

Oh Dios, que quisisteis atraer desde su juventud al beato Gerardo para hacerlo conforme a la imagen de vuestro Hijo Crucificado, haced, os lo pedimos, que al imitar sus ejemplos, reproduzcamos en nosotros este divino Modelo. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

 En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

Oración de la comunidad

Oración para la maternidad

Oh Buen San Gerardo , poderoso intercesor ante el trono de Dios, tu que haces maravillas en nuestro dia, te invoco y solicito tu ayuda. Tu, que mientras viviste en la Tierra, siempre cumpliste con los designios de Dios, ayudame también a hacer siempre la Santisima Voluntad de Nuestro Señor. Ruegale al Maestro de la Vida, de quien procede toda la paternidad, que me bendiga con la gracia de la maternidad y que pueda criar hijos de Dios en esta vida y herederos del reino de Su Gloria de la vida que vendrá. Amén.

¡Gracias! 20 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a San Gerardo María Mayela

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