REFLEXIÓN DEL DIA: DIOS CELEBRA NUESTRO REGRESO.

Hermanos, hoy el evangelio nos muestra el gran amor de Dios, la parábola del buen pastor y la del hijo pródigo...


Pero el evangelio de hoy encierra algo más, encierra la debilidad en el amor de Dios por nosotros, por cada uno, ya que Dios nos ha moldeado desde la tierra misma en nuestra forma, nos da cada detalle de nuestra originalidad.

Dios al ser nuestro Padre, nos ama con la inmensidad de su corazón, ya hablamos de que tanto es su amor que nos dió a su único hijo y Dios es débil ante nuestro amor hacia el, no puede contener su alegría, su emoción y su amor cuando nosotros volteamos nuestros ojos a el y le decimos SI, PADRE... Te amamos, te pedimos perdón por pecar contra ti... 
Ese acto de amor a nuestro padre Dios lo derrite en el amor más inmenso, y es donde Dios nos dice que por cada uno de nosotros pecadores, que se convierte habrá una fiesta enorme en el cielo, como la lección del hijo pródigo, como el buen pastor que se alegra al encontrarse con la oveja perdida...
Podría entonces afirmar que nuestro amor y presencia en su amor, es la debilidad de Dios mismo... El se hace impotente ante nuestro amor y es cuando su felicidad se exalta. Tanto así nos ama, que ante nuestro pedido de verdad, de corazón, cambia de parecer, como en la lectura donde Moisés le pregunta porqué descargará su ira contra Israel.
Nuestro Padre fundador, fue un fiel reflejo del Padre Dios, su paternidad y su amplios deseos de llevar a María a quienes no la conocian, de buscar la oveja perdida, de celebrar con su sonrisa el regreso del hijo pródigo... Un día como hoy hace 51 años el Padre regresaba a Schoenstatt eterno, regresaba a la casa del Padre Dios y él lo recibió con especial amor y gozo en el espíritu santo. 
Hermanos, hoy los instó a reflexionar sobre este gran amor que Dios nos tiene, que nos prodiga y nos dispensa a través del espíritu santo y de nuestra madre María, Reina y Victoriosa... 
Que tengan un hermoso día del señor, que la paz los acompañe a lo largo del día y en el descanso.

Oración de la comunidad

Oración de Consagración

Oh señora mía, oh Madre mía Yo me ofrezco todo a ti Y en prueba de mi filial afecto Te consagro en este día Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón En una palabra, todo mi ser Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad Guárdame, defiendeme y utilizame, Cómo instrumento y posesión tuya. Amén

¡Gracias! 9 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Santuario de la Virgen de Schoenstatt Rosario

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