Hermanos, hoy voy a intentar unificar cuatro puntos, los cinco minutos del espíritu santo, el evangelio del día, y está hermosa frase del Padre José Kentenich "Con María, alegres en la esperanza, seguros de la victoria, hacia los tiempos más nuevos" y con nuestro hito del 31 de mayo.

El evangelio de hoy, nos muestra a Jesús pidiendonos que dejemos absolutamente todo por él para poder ser llamado discípulos.

Los cinco minutos del evangelio nos muestran como Juan en su evangelio indica que solo el espíritu santo nos lleva a la verdad, y nos revela el entendimiento profundo de Jesús y el evangelio, de las parábolas y todo lo que él nos ha dicho, nos permitiría ser discípulos "completos".

En el 31 de mayo, o mejor dicho en su salida al exilio, el padre menciona dicha carta y momento como muy importante y que no se comprendería hasta mucho tiempo después, pensemos que el padre ya había entregado su educación, su vocación, su libertad soberana a María y Jesús... Solo le quedaba entregar su obra.

Y la frase mencionada, es la de regreso a Schoenstatt, luego de los 14 años de exilio...

La frase me hace preguntar, estaba el padre Kentenich tan seguro de la victoria? Su profundización en Cristo y María, a través del espíritu santo, le había dado esa "habilidad" de entender a Jesús y el evangelio en mayor medida? En mayor profundidad?, Le mostró Dios el final del plan divino para su vida?

Son preguntas que hacen de nexo entre los cuatro puntos, y a mí en lo personal, no me generan duda alguna, el Padre Kentenich, era un discípulo completo y amado por nuestra madre, entregado al espíritu santo, a Dios y su hijo y que mejor que educado por la madre de Dios. 

Ahora para reflexionarlas debemos estar inmersos en el espíritu, conocer los hechos y los textos, pero poner nuestro corazón y mente a disposición del espíritu santo ya que solo él puede darnos la claridad necesaria para ver, y sentir, el plan divino como una corriente de agua viva que pasa delante y sobre nosotros... A veces no estamos inmersos, otras veces estamos en medio, pero también es importante que tomemos la actitud de niño que tenía el Padre Kentenich y digamos siempre... Ita Pater!, Si padre!

Que el señor los bendiga este hermoso domingo! Que el espíritu santo los ilumine con la claridad de los apóstoles y María los eduque en la fé.