El desprendimiento afectivo de las criaturas

Queridos amigos:

San Juan de la cruz habla reiteradamente en sus obras sobre el desprendimiento afectivo de las criaturas, entendiendo como criatura todo aquello que no es Dios. Es muy importante entender a qué se refiere San Juan cuando habla de desprendimiento afectivo (no efectivo),  y cuando habla de criaturas (todo aquello que no es Dios). Es importante porque si al leerlo se entiende que debemos renunciar a todas las cosas buenas  y afectos que nos ofrece la vida y convertirnos en seres que huyen de cualquier placer, contacto humano o felicidad , seguramente cerraremos el libro y nos dedicaremos a buscar a alguien más razonable y que nos ofrezca caminos más asequibles para llegar a Dios. Pero si en realidad profundizamos descubriremos que lo que se nos ofrece es precisamente un camino de felicidad, de libertad  y sanación interior. Este desprendimiento del que ya hablamos un poco en la primera publicación es algo interior. Es una purificación que se refiere a las potencias, entendimiento, memoria y voluntad. ¿Cómo llega a nuestras potencias lo que está en el exterior? Por medio de los sentidos, vista, tacto, gusto, oído, olfato. Por supuesto que nosotros utilizamos esas potencias, y contactamos con el exterior a través de los sentidos, y eso es inevitable y además es lo que nos corresponde como seres humanos. Pero yo creo que todo esto se entenderá mejor con un ejemplo, ahí va: 

Imagínate que sales de tu casa y ves aparcada en el exterior una moto preciosa. Te fijas en ella por la vista. Tu entendimiento empieza a procesar, qué moto más bonita, si pudiera conseguirla, ¿por qué yo no puedo tenerla y mi vecino sí? Y sigues elucubrando,  yo quiero tenerla,  y te duele no tenerla y estás triste todo el día porque no la tienes. Aquí ya entra en juego tu voluntad, tu corazón ya está en la moto aunque no la tengas. Al día siguiente cuando te levantas en lo primero que piensas es en la moto,  estás utilizando la memoria, otra de las potencias. Con lo cual tenemos una persona que está apegada afectivamente a una moto sin ni siquiera tener la moto. Por eso el desprendimiento tiene que ser afectivo (el corazón está apegado a la moto),  pero no efectivo (porque realmente no tengo la moto). Mientras ha tenido lugar todo este proceso, tú no has sido feliz, más bien has estado triste, has podido incluso sentir envidia de tu vecino y además el tiempo que podías haber dedicado a pensar en el amor de Dios y como Dios te quiere y te da todo lo que necesitas lo has empleado en amargarte con la moto.  Sin embargo a lo mejor tu vecino que es el que tiene la moto (efectivamente), está desprendido de ella (afectivamente) porque desde que se levanta no está pensando en su moto. 

Podemos ver en este ejemplo que una persona feliz sería aquella que está tan satisfecha  y  tan llena de amor de Dios que no se queda enganchada en la primera moto que se encuentra. Pero para llegar a este estado de felicidad primero se tiene que ir dando ese desprendimiento. Es algo de todos los días, de ir liberando nuestras potencias. Si yo salgo de casa y me quedo con la moto, y sé que me va a pasar, tengo que hacer un ejercicio de no tener mis potencias volcadas en la moto. No de una forma negativa, porque precisamente está demostrado en psicología (intención paradójica) que si tú no quieres pensar en algo y pones tu intención en no pensar en eso al final  vas a pensar más. Se trataría de centrarte en lo que tienes y no en lo que no tienes.  Y tratar de pensar en otras cosas o simplemente concéntrate en lo que haces, ponerte a leer, hablar con una amiga, o si estás trabajando concentrándote en tu trabajo. Así hasta que al final la moto vaya perdiendo fuerza en tu interior.  Y esto cuesta bastante sobre todo al principio cuando se empieza. Pero por los resultados que va dando uno se anima a seguir haciéndolo. 

Creo que con este ejemplo concreto a lo mejor se entenderá más fácilmente lo que quiere decir San Juan en el Capítulo tercero del Libro primero de Subida al Monte Carmelo:

"Y por eso llamamos esta desnudez noche para el alma, porque no tratamos aquí del carecer de las cosas, porque eso no desnuda al alma si tiene apetito de ellas, sino de la desnudez del gusto y apetito de ellas, que es lo que deja al alma libre y vacía de ellas, aunque las tenga. Porque no ocupan al alma las cosas de este mundo ni la dañan, pues no entra en ellas, sino la voluntad y apetito de ellas que moran en ella

San Juan habla extensamente de este tema sobre todo en los libros tercero, cuarto y quinto de Subida del Monte Carmelo.

Lo mejor para entender esta doctrina es practicarla. Te propongo que esta semana observes a qué o a quién se queda apegado tu corazón y que hagas este ejercicio de desprendimiento interior, como con la moto, y a ver que tal...

Para terminar os dejo un enlace a una charla muy interesante sobre este tema impartida por Fray Antonio Royo Marín en un convento de monjas carmelitas. Espero que os guste.

Charla de Fray Antonio Royo Marín 

¡Hasta la próxima semana!

     

Oración de la comunidad

Jesús tu nombre me sana

Jesús, repito tu dulce Nombre, tranquilamente, empiezo a descansar en Ti, confío en Ti. Jesús, Tu sabes que estoy lleno de preocupaciones. Respiro suavemente , repito tu dulce Nombre y pongo todo el peso de mis ansiedades en tu hombro divino. Y ahora apoyo mi rostro en tu regazo y me dejo acariciar por tu mano dulce que me da tanta seguridad. Oigo tu voz suave que me dice que nada tema que Tú estás aquí conmigo. Jesús, Jesús, Jesús...

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3 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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