San Lucas, evangelista

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San Lucas, evangelista

EVANGELIO

Lc 10,1-9

Lectura del santo evangelio según san Lucas.


En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos y los mandó por delante, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él. 

Y les decía: «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a su mies. ¡Poneos en camino! Mirad que os mando como corderos en medio de lobos. No llevéis talega, ni alforja, ni sandalias; y no os detengáis a saludar a nadie por el camino. Cuando entréis en una casa, decid primero: "Paz a esta casa." Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros. Quedaos en la misma casa, comed y bebed de lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa. Si entráis en un pueblo y os reciben bien, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya, y decid: "Está cerca de vosotros el reino de Dios."»


Palabra del Señor


Para orar: “La fe, para mí, nació del encuentro con Jesús. Un encuentro personal, que tocó mi corazón y dio una nueva dirección y sentido a mi existencia” – nos ha dicho el Papa Francisco. Hoy al celebrar a San Lucas Evangelista, pensemos cómo en la vida de un cristiano todo empieza con el encuentro con Jesús, precisamente porque hoy el evangelio nos habla del envío de los setenta y dos discípulos que deben anunciar la Buena Noticia de Dios en los pueblos, en las aldeas y en las ciudades de Galilea. Los setenta y dos somos todos y todas nosotros. Mediante la misión de los discípulos y de las discípulas, Jesús trata de renovar y de reorganizar las comunidades para que sean de nuevo una expresión del Reino de Dios. El Señor, al llamarnos a evangelizar, nos llama a ser algo con Él, a participar en su misión y a manifestar con diversas actitudes que el Reino está cerca, compartiendo la Buena Noticia.


Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 14 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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