Santa Teresa de Jesús

Imagen principal de la publicación

Martes de la 28ª semana del Tiempo Ordinario

Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia

EVANGELIO

 Mt 11, 25-30 

Lectura del santo evangelio según san Mateo


En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. «Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera».

Palabra del Señor


Para orar: Dios, nuestro Padre, no nos abandona nunca. Por el contrario, somos nosotros quienes nos tenemos que abandonar en las manos de Dios. El Evangelio nos invita a ello: confiar en Aquel que nos acompaña siempre. Tener confianza y ser humildes no está de moda, pero es el único camino para llegar a Dios. Lo afirma expresamente santa Teresa: «He visto claramente que, si queremos que la majestad soberana nos revele grandes secretos, hemos de entrar por esta puerta [la contemplación de Jesús]. No quiera nadie ningún otro camino (...). Este camino se ha de recorrer con libertad, abandonándonos en las manos de Dios».

Preguntémonos, hoy especialmente, cómo es nuestra vida: ¿guardamos silencio para dejar hablar a Dios? ¿Rezamos abandonándonos en sus manos? Pero confiar y ser humildes son dos términos que hemos de aprenderlos dentro de la Iglesia, ¡nuestra Madre!: ¿confiamos humildemente en ella y la amamos?


Oración de la comunidad

Padre nuestro

Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.

¡Gracias! 19 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

Corazón de María

Me inscribo