REFLEXIÓN DEL DÍA: LA HUMILDAD DE CORAZÓN.

Hermanos, hoy me gustaría que reflexionemos sobre la humildad.

Que es la humildad para nosotros? 

Para algunos pasa por lo económico, el ser humilde se torna el tener pocos recursos económicos. Pero la humildad pasa por el servicio, por la aceptación, por la entrega, por la caridad.

Cuando trabajamos todas esas condiciones, en el cultivo de nuestra alma y corazón... Cuando podemos educarnos, ponernos y brindarnos abiertamente a la gracia de Dios y al espíritu santo... Cuando aceptamos la educación de María en nuestros corazones, solo ahí, solo en ese instante podremos decir que somos humildes...

Jesús nos pide humildad de corazón, el ponernos al servicio del otro, al entender con caridad las dificultades del otro, de dar sin esperar recompensa por lo que se dió, y ahí nos hace una promesa, nos promete elevarnos, ensalzarnos... Porque él estará contento que pasamos por este camino de la vida amando, que es su mandato más grande.

La humildad de corazón es posible? Claro que lo es, para vos, para ellos, para mí... Para todos .. solo tenemos que desearlo con tantas ganas que podamos vencer nuestro propio egoísmo, que es el principal enemigo del hombre y la humildad.

Algunas cosas que podemos hacer para arrancar ese camino de humildad, de educación interior en la humildad, serían por ejemplo

Rezar por otro, por su intención como si fuera nuestra.

El fortalecernos en no criticar ante situaciones o cosas que no nos gustan.

El acompañar al hermano que sufre espiritualmente y materialmente, ya que lo poco nuestro es inmenso para el que sufre.

Poner a Dios y María, como nuestra prioridad absoluta

Dar, nuestro tiempo, oído, trabajo, a otros que lo necesitan sin esperar ni pedir retribución.


Con esas prácticas comenzaremos a  caminar en la humildad, abramos nuestro corazón al espíritu santo, para que lo colme de las gracias y dones que más necesitamos para alcanzar está humildad de corazón, para que nos pongamos a último en la mesa de la cena.

Dios los bendiga este domingo, nuestra Madre, Reina y Victoriosa tres veces admirable de Schoenstatt los acompañe en este camino de transformación interior.


Oración de la comunidad

Oración de Consagración

Oh señora mía, oh Madre mía Yo me ofrezco todo a ti Y en prueba de mi filial afecto Te consagro en este día Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón En una palabra, todo mi ser Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad Guárdame, defiendeme y utilizame, Cómo instrumento y posesión tuya. Amén

¡Gracias! 9 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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