Hermanos, buenos días! Hoy los invito a la reflexión del evangelio, de prepararnos para el llamado de Dios a nuestra casa eterna.

El evangelio de hoy en su parábola nos exhorta a hacer una introspección sobre nuestra preparación interior, sobre nuestro deseo interior de la llegada de Dios al momento del ocaso de nuestros días terrenales, de ese momento donde nos tomará de la mano y nos entregara la llave de nuestra casa en el reino de los cielos donde descansaremos eternamente.

Nos preparamos como las esposas precavidas? En la oración, en el cultivo de nuestro interior, en nuestros apóstolados?

O estamos como las esposas apresuradas, que con el ansia no sostenemos la oración, ni tomamos responsabilidad en apóstolados, ni llevamos a Dios en nuestro interior, siendo exteriormente algo diferente a nuestro interior?

Dios nos llama y espera a todos, pero cuando cierre su puerta que haremos? Correremos desesperados por aceite para las lámparas? 

El evengelio termina diciendo que no sabemos el día ni la hora, otra exhortación a estar preparados.

Reflexionemos sobre nuestra preparación, sobre lo que damos a nuestro amado esposo.

Que Dios los bendiga y nuestra Madre los cobije en sus brazos maternales.

Feliz viernes.