Hermanos, hoy los invito a continuar con la reflexión del evangelio.

El evangelio de hoy es la continuación del de ayer, donde Jesús nos marca o nos delimita los errores más frecuentes que cometemos.

Hoy cruza dos temas importantísimo, más para nuestro movimiento que tiene como pilar el cultivo mundo interior. Trata sobre económica y la vida espiritual y sobre el cuidado del mundo interior y el mundo exterior.

Podemos hablar horas sobre todo lo que dispara el evangelio pero puntualicemos en lo esencial.

Jesús nos dice que pagamos el diezmo pero nos olvidamos de la justicia, misericordia y fidelidad. Cuántas veces ponemos lo económico por sobre lo espiritual, nuestro movimiento invita a la conquista espiritual de todo acto y situación de vida, aún en el plano económico no debemos perder de vista que lo espiritual va por delante y lo económico llega por añadidura.

Y luego nos marca, que muchas veces aparentamos exteriormente algo que en el interior no somos.

El Padre Kentenich invitaba a los seminaristas a descubrir el mundo interior, en sus palabras "ese mundo siempre viejo y siempre nuevo". En él, cultivaremos el alma, abriremos nuestro ser al espíritu santo y ahí es donde se cumple la palabra cuando nos dice que limpiando el interior, el exterior queda limpio, ya que nuestro reflejo exterior proviene de nuestro interior más profundo, ahí donde habita Dios en nosotros.

Los invito a reflexionar y trabajar nuestro mundo interior, en la meditación del evangelio, de la palabra de Dios, podremos poner luz a la oscuridad y a replantear el verdadero valor de las cosas.

Bendecido martes, que Dios nuestra Madre los bendigan.