Hermanos, hoy quisiera que reflexionemos sobre el evangelio de hoy.

Jesús, parece decirnos que muchas veces somos tan estrictos, duros y faltos de amor y comprensión, que terminamos negándole la posibilidad del cielo a otros.

En pocas palabras me surge la frase "más papista que el papa" ... Esa frase que nos denota que, así como el pueblo de Israel en su momento, se preocupó más por las normas que por el mandamiento del amor.

Cuántas veces sucede que llega gente a nuestros santuarios, en búsqueda de María, de la acción apostólica, de transformar su corazón, y caemos en la soberbia de creer que las normas y burocracia que generamos nosotros mismos, es más importante que el llamado que siente está nueva persona que se acerca a Dios, y sin quererlo, terminamos alejandolo de nuestra Madre.

Nuestra misión, como familia de Schoenstatt, especialmente como Santuario de la Santísima Trinidad, es ser "con María, corazón de la iglesia", estamos pudiendo abrirnos como corazón de la iglesia? Recibimos al peregrino con sed de Dios y de trabajar para nuestra madre, con los brazos abiertos? O lo primero que hacemos es mostrarles las normas de cómo se maneja todo? De lo ya estipulado? Sin opción a dar, a aportar?

Jesús nos deja en claro, que las normas son importantes, pero nunca por sobre la misión de EVANGELIZAR, de llevar a Dios, el evangelio al mundo, como cantaba el salmo de ayer .

Reflexionemos cuántas veces nuestras acciones o dichos, hacen que gente se aleje de nuestra Madre y pensemos como autoeducarme en esos momentos, para poder acercar a María nuevos corazones, más allá de mis posibilidades.

Pidamos al espíritu santo, nos regale la gracia y el don de poder acercar a María nuevos corazones, de ser familia para el mundo, de educar nuestras pasiones y prejuicios, para no dañar, para que la frase de San Pablo "a veces hago el mal que no quiero y no el bien que deseo" solo quede en una frase y no la hagamos realidad.

que tengan hermoso lunes, Dios y nuestra Madre, reina y victoriosa de Schoenstatt los bendigan.