REFLEXIÓN DEL DIA: EL VIVIR LA MISIÓN APOSTÓLICA

Hoy queridos hermanos y hermanas, los invito a reflexionar sobre cómo vivimos el envío.

Nuestro padre fundador, nos ha dejado con inmensa alegría y esperanza la misión de que seamos corazón de la iglesia, que nuestro movimiento esté allí, en las trincheras de la vida, en las dificultades, en el frente de la batalla más ardua...

El Padre José Kentenich, nos ha preparado y nos prepara para ser agentes de cambio en la sociedad, para que construyamos la comunidad nueva, instaurada por el hombre nuevo.

Nuestro pensamiento de la vida y sus acontecimientos, debe y tiene necesariamente que ser diferente, orgánico, donde nada se separe de Dios, donde nuestros vínculos, trabajo, familia, relaciones y economía se base en la relación y vinculación con nuestra Madre y Dios, en la providencia y en la libertad que nos otorgó Dios desde nuestra creación ideal.

Podemos vivir apostólicamente? Podemos soportar la cruz de la estigmatización de la sociedad por ser hijos vivos del Padre? Por ser personalidades recias, firmes y sacerdotales? Podemos resistir los embates de la vida, cuando todo flaquea? Cuando todo parece oscuro, ahí es donde nosotros, todos los schoenstattianos, debemos ser faro y luz, guías en el camino de santidad para el mundo, en donde podamos ser el corazón de la iglesia, en donde seamos instrumentos para que María cambie esos corazones de uno a la vez.

Seamos fuego, seamos el fuego que Jesús vino a traer al mundo, seamos la llama del espíritu santo, que transforme nuestros corazones y ardamos en la pasión del envío apostólico hasta consumirnos.

Vivamos con ardor y seamos conscientes de que nuestra misión como schoenstattianos es traer corazones a María, para que ella los eduque, transforme y guíe hacia su hijo. 

Los invito a replantearnos, donde podemos ejercer la misión? A quienes puedo contagiar, encender con el ejemplo de vida? 

Que tengan un hermoso lunes, Dios y nuestra Madre, Reina y Victoriosa tres veces admirable de Schoenstatt los bendiga.


Oración de la comunidad

Oración de Consagración

Oh señora mía, oh Madre mía Yo me ofrezco todo a ti Y en prueba de mi filial afecto Te consagro en este día Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón En una palabra, todo mi ser Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad Guárdame, defiendeme y utilizame, Cómo instrumento y posesión tuya. Amén

¡Gracias! 8 personas oraron

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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