Hoy, los invito a reflexionar sobre el cultivo de la vida interior.

Muchas veces los cristianos pensamos que el cumplimiento las normas y vida externa es la vida de fe, vamos a las misas, cumplimos los preseptos, pero nuestra vida pasa a ser superficial, pasamos de ser seres vinculados especial e individualmente a Dios...  A ser una masa de cristianos que cumplen superficialmente las normas de la iglesia y que no salen de su "comodidad"... Pasamos a ser seres masificado donde perdemos la originalidad e individualidad con la que Dios nos ha pensado... 

Ahí es donde dejamos de mirar nuestro interior, en palabras del Padre Kentenich, "ese mundo siempre viejo y siempre nuevo", ese mundo en donde realmente podemos encontrar a Dios, podemos encontrarnos a nosotros mismos... 

Hay hoy en día mucha bibliografía (que sería excelente que lean), pero una de las cosas más importantes para nuestro cultivo interior, es nuestra revisión diaria... Ese momento de reflexión, donde ponemos sobre la mesa en la charla con Dios y María, cómo hemos vivido el día anterior.

En ese punto las preguntas que debemos hacernos son... Que viví este día?, Que situaciones tuve donde puedo ver a Dios? Que me quiso decir o mostrar Dios en esto? Que debo fortalecer? Que debo meditar más? Que prioridades tuve en el día? Dios fue una de ellas?

Esas preguntas nos ayudan a ver nuestro interior, descubrir y redescubrir cosas de nuestra personalidad que se marcan, que se repiten y que son signos de Dios en nuestras vidas... 

La oración, ese diálogo con Dios nos ayuda a la reflexión, a oír lo que Dios quiso decirnos y mostrarnos, es muy importante mantenernos en oración e ir creciendo en el tiempo que dedicamos a la charla con Dios, parecernos locos?, Sin dudas a los ojos del mundo, pero ante los hijos de nuestro Padre Dios, seremos sus hijos preciados.

Es muy importante llevar nuestro registro de ese viaje interior, como una bitácora de esa navegación en el mar profundo del interior, en donde el capitán es Dios, al timón del barco, y nos lleva mostrándonos la maravilla de su creación en nuestro ser... Todos queremos guardar recuerdos de los viajes y este es uno de los más maravillosos que podemos emprender... 

Los invito a reflexionar sobre este viaje que todos deberíamos emprender en la vida, que nos ayuda a sanar, a caminar en el día a día hacia nuestra Madre y junto a ella hacía Jesús. 

Dios los bendiga en este bello martes.