REFLEXION DEL DIA: SANTIDAD DE LA VIDA DIARIA

Hoy los invito a reflexionar sobre la santidad diaria.

Muchos creemos o solíamos creer que el santo es un iluminado, favorecido por Dios y que es perfecto... Muy distante de ello está la realidad... Los santos han sufrido su humanidad cruzada por el pecado, pero la diferencia es que han trabajado incansablemente en educarse interiormente y ganarle a las pasiones de su alma. 

Dios puede haberlos favorecido más que al resto? Si bien en las escrituras nos hablan de "los elegidos", acaso Dios no nos ama a todos por igual? 

La diferencia está, en nuestra actitud y disposición al espíritu, trabajar cotidianamente nuestras faltas, y caminar hacia Dios.

En el evangelio Jesús nos dice que "el trigo que cae en tierra debe morir para dar fruto", ese es el camino de santidad que Dios nos muestra... El morir a nuestra humanidad, a nuestras fallas, vivir en el espíritu y en la providencia de Dios padre para llegar a ser esos santos de la vida diaria que Dios quiere en el mundo.

Somos capaces de morir a nuestro egoísmo? A nuestros deseos? Solo para anhelar cumplir la voluntad de Dios?

Jesús continúa y nos dice "quien quiera servirme que me siga y donde yo estaré, ahí estará mi servidor"

Acaso no es un hermoso camino a la santidad? El servir a Jesús, nuestro rey, y caminar con amor siguiendo sus huellas, sirviendo al mundo y buscando las ovejas pérdidas? 

Los invito a reflexionar que hacemos a diario, que podríamos hacer extraordinariamente mejor en Dios... La santidad diaria es algo que se conquista día a día, paso a paso, situación a situación... Puedo hacer las cosas con amor heroico y servicio como Jesús me invita? 

Puedo honrar al padre Dios con mi servicio de amor? Levantandome cada vez que falle y con la promesa de mejorarme día a día?

Mucho para pensar y trabajar, y que lindo sería ver el mundo con más santos de la vida diaria en las calles... Bello sábado para todos! Nuestra madre los bendiga y proteja.

Oración de la comunidad

Oración de Consagración

Oh señora mía, oh Madre mía Yo me ofrezco todo a ti Y en prueba de mi filial afecto Te consagro en este día Mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón En una palabra, todo mi ser Ya que soy todo tuyo, oh Madre de bondad Guárdame, defiendeme y utilizame, Cómo instrumento y posesión tuya. Amén

¡Gracias! 8 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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