Después de haber pasado juntos este tiempo con notas espirituales franciscanas, conociendo los valores de San Francisco de Asís, elevemos una oración a nuestro Padre, con estas palabras:

"Dios, altísimo y gloriosísimo, 
ven a iluminar las tinieblas de mi corazón,
dame una fe recta, 
una esperanza sólida, y una perfecta caridad. 
Concédeme sentir y conocer, 
tu Santa Voluntad
para poder cumplirla 
por los siglos de los siglos. 
¡Amén!"

-San Francisco

Al seguir al santo de Asís, Dios nos anima a ir cada día más lejos en nuestra búsqueda de simplicidad y de fraternidad. Ir al encuentro del otro es el fundamento de nuestra vida franciscana. 

Ante los ojos de Dios, el otro es, el hermano o la hermana al que hay que amar. Y esto va más allá de los saludos cotidianos y de los favores hechos, a veces, con una sonrisa un poco tímida. 

Encontrar es, hacerlo como Jesús, tomar tiempo, escuchar, volver, acoger un pensamiento o un modo de vida diferente del nuestro para decir una palabra de esperanza. 

¡La esperanza de Dios para cada hombre y mujer de esta época! Es la esperanza de esta iglesia que se levanta, en la cual tenemos que atrevernos más, este impulso misionero que queremos renovar como familia franciscana con y para la Iglesia. 

Entonces, el Evangelio será escuchado, vivido y anunciado. 

¡Paz y Bien!