Es siempre el Espíritu Santo quien regenera al mundo
Miércoles 31 de julio de 2019
Por todo eso, cuando se compuso la Promesa legionaria -y aunque al principio causaba alguna sorpresa-, resultó lógico que se dirigiera al Espíritu Santo y no a la Reina de la Legión. Otra vez resuena la nota dominante: es siempre el Espíritu Santo quien regenera al mundo, y por Él son concedidas todas las gracias, hasta la gracia individual más insignificante; pero Él las concede valiéndose de María cada vez y siempre. El Hijo Eterno se hizo hombre por obra del Espíritu Santo en María. Por esa obra la humanidad está unida a la Santísima Trinidad, y María misma ocupa un puesto distinto y único con relación a cada divina Persona. Y nosotros tenemos que alcanzar por lo menos algún vislumbre de esa triple relación divina de María, si queremos corresponder a una de las gracias más escogidas de Dios: conocer el Plan divino, que Dios no quiere que esté del todo fuera de nuestro alcance.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6