El legionario y la Santísima Trinidad
Lunes 29 de julio de 2019
Es significativo que el primer acto colectivo de la Legión de María fuera dirigirse al Espíritu Santo mediante su invocación y oración, y luego, con el rosario, a María y a su Hijo.
Igualmente significativo es el hecho de que cuando, algunos años más tarde, se hizo el diseño para el vexillum, resaltara, inesperadamente, la misma nota característica: el Espíritu Santo se destacó como rasgo predominante del nuevo estandarte. Esto es sorprendente, porque tal diseño fue fruto de una concepción artística y no teológica. Un emblema profano -el estandarte de la legión romana- sirvió muy aptamente para los fines de la Legión mariana. La Paloma vino a reemplazar al águila, y la imagen de nuestra Señora ocupó el puesto de la imagen del emperador o del cónsul. Y, sin embargo, el resultado final fue representar al Espíritu Santo valiéndose de María como de medio para transmitir al mundo sus vitales influencias, y tomando El mismo posesión de la Legión.
Y más tarde, cuando se pintó el cuadro de la téssera, en él quedó plasmado el mismo concepto espiritual: el Espíritu Santo cerniéndose sobre la Legión. Por su Poder se perpetúa la lucha: la Virgen aplasta la cabeza de la serpiente, sus batallones avanzan sobre las fuerzas del mal, hacia la victoria ya profetizada.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6