¡Por la mañana! ¡Por la tarde! ¡Por la noche!
Evangelio del Dia
Lc 11, 1-13
Estaba haciendo oración en cierto lugar. Y cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos:
"Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos."
Él les respondió:
"Cuando oréis, decid:
Padre,
santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino;
danos cada día nuestro pan cotidiano;
y perdónanos nuestros pecados,
puesto que también nosotros perdonamos
a todo el que nos debe;
y no nos pongas en tentación."
Y les dijo: "¿Quién de vosotros que tenga un amigo y acuda a él a medianoche y le diga: «Amigo, préstame tres panes, porque un amigo mío me ha llegado de viaje y no tengo qué ofrecerle», le responderá desde dentro: «No me molestes, ya está cerrada la puerta; los míos y yo estamos
acostados; no puedo levantarme a dártelos»? Os digo que, si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos por su impertinencia se levantará para darle cuanto necesite.
»Así pues, yo os digo: pedid y se os dará; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.
»¿Qué padre de entre vosotros, si un hijo suyo le pide un pez, en lugar de un pez le da una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le da un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
Pregunta YOUCAT
499: ¿Cuándo se debe rezar?
Desde los primeros tiempos, los cristianos oran al menos por la mañana, en las comidas y por la tarde. Quien no reza con regularidad pronto ya no rezará nunca. (2697-2698, 2720)
Quien ama a una persona y a lo largo del día nunca le hace llegar una señal de su amor, no la ama de verdad. Lo mismo sucede con Dios. Quien le busca verdaderamente le mandará continuamente señales intermitentes de su deseo de cercanía y amistad. Al levantarse por la mañana dedicar el día a Dios, pedirle su bendición y suplicar su «compañía» en todos los encuentros y necesidades. Darle gracias, especialmente a la hora de las comidas. Al final del día ponerse en sus manos, pedirle perdón y la paz para uno mismo y para los demás. Así es un día maravilloso, lleno de señales de amor que son aceptadas por Dios.
Desafio de la semana
¿Con quién podrías aprender a orar (o mejor aún, a orar mejor)? Busca a una persona y queda con ella. Pregúntale cómo funciona la oración, cuál es el secreto de su oración.
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¡Gracias! 36 personas oraron
"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6