DÍA NOVENO: La Caridad de Santa Maravillas de Jesús
+Señal de la Cruz...
Acto de Contrición
BREVE MEDITACIÓN
«Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo.» (Lc X, 27)
En este último día meditamos sobre la virtud más grande, usando el ejemplo de una doncella de alta cuna que abandonó todo para amar mejor a Dios y su prójimo, Santa Maravillas de Jesús.
Una de sus frases más conocidas es:
«Lo que Dios quiera, como Dios quiera, cuando Dios quiera»
Demostrando cuánto amaba a Dios porque quería hacer Su Voluntad en todo.
En una relación que narra la fundación del Monasterio del Cerro, se encuentra un papel en el que se lee:
El Cerro se representó. Aquí quiero que tú y esas otras almas escogidas de mi Corazón me hagáis una casa en que tenga mis delicias. Mi Corazón necesita ser consolado y ese Carmelo quiero que sea el bálsamo que cure las heridas que me hacen los pecadores. España se salvará por la Oración.
Durante la persecución religiosa en España a partir de 1931, Santa Maravillas de Jesús, pasaba todas las noches muchas horas orando desde su Carmelo, contemplando el monumento al Sagrado Corazón, y solicitó y obtuvo permiso del papa Pío XI para salir con su comunidad, exponiendo sus vidas, si llegara el momento de defender la sagrada imagen, en caso de ser profanada.
Pidamos a Nuestra Santísima Madre del Carmelo, que nos aumente la Caridad.
ORACIÓN A LA BEATÍSIMA VIRGEN DEL MONTE CARMELO
¡Oh piadosísima Virgen! Vos, que nueve siglos antes de existir fuisteis vista en profecía por el Siervo de Dios nuestro Padre San Elías, y venerada por sus hijos allá en el Carmelo. Vos, que en carne mortal os dignasteis visitarles y les dispensasteis celestiales consuelos. Vos, que vigiláis siempre por la virtuosa familia que tuvo por Superior a vuestro estimado hijo San Simón Stock, por padres y reformadores a la Seráfica Virgen y Mística Doctora Santa Teresa de Jesús y al Esclarecido y Extático San Juan de la Cruz, así como por una de sus dignísimas hijas a la ejemplar Esposa de Jesucristo Santa María Magdalena de Pazzi, vuestra devotísima sierva. Vos, que engalanasteis a dicha Orden con la estimable prenda del Santo Escapulario, y, en fin, Vos, que de tantas maneras habéis demostrado vuestro cariñoso amor a los carmelitas y sus allegados, recibid benévola mi corazón ardiente de fervoroso entusiasmo hacia la más pura de las criaturas y la más candorosa de las madres. No permitáis, Señora, que el león rugiente asuste mi espíritu en el camino de la perfección, y haced que logre arribar a salvamento en la gloria, como lo habéis alcanzado de vuestro Divino Jesús para los que, invocándoos con fe e imitando vuestras virtudes, murieron píamente con vuestra enseña. Amén.
Ave María (3 veces)
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6