Nada se pierde de cuanto se confía en manos de María

Martes 16 de julio de 2019

Aunque se diera el legionario a una obra con intensidad diez veces mayor de la que es menester para dejarla perfecta, no se desperdiciaría ni una tilde de su trabajo. Pues, ¿acaso no trabaja sólo por María, y por llevar a cabo los planes y designios de su Reina? Ese superávit lo recibirá María con júbilo, lo multiplicará increíblemente, y abastecerá con él las apremiantes necesidades de la casa del Señor. Nada se pierde de cuanto se confía en manos de la hacendosa Madre de familia de Nazaret.

Pero si, por el contrario, el legionario no contribuye por su parte sino tacañamente, quedándose corto en responder a las exigencias razonables de su Reina, entonces María se ve con las manos atadas para dar a medida de su corazón. El legionario, con su negligencia, anula el contrato de comunidad de bienes con María, que tantos tesoros encierra. ¡Qué pérdida para él y para las almas, quedarse abandonado así a los propios recursos!

Oración de la comunidad

Catena Legionis

Antífona: ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: ¿Quién Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? V. Oh María, sin pecado concebida, R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Oremos Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que cuantos a Ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén.

¡Gracias! 30 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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