Día 5 : María, madre de la gracia divina

Oración para todos los días

Virgen del Carmen, queremos, a lo largo de estas jornadas, andar el camino de la plegaria y de la reflexión hacia una meta: "La de conocerte más y amarte mejor."

Ilumínanos, Señora de la Luz, para redescubrirte cada día en el misterio de Cristo y de la Iglesia. Haz que, a través de la experiencia espiritual del Carmelo, te contemplemos como Virgen orante que nos enseña a acoger, meditar, vivir y proclamar la Palabra de Dios, y como Madre espiritual que acompaña el desarrollo de nuestra existencia hasta la plenitud en Cristo.


Rosa del Carmelo, perfúmanos en el alma y cuerpo, para que seamos buen olor de Cristo en medio de nuestros hermanos.

Estrella del Mar, conduce nuestra barquilla en la noche oscura del destierro hasta las playas luminosas de la Patria.

Reina del Cielo, que un día, junto a ti, gocemos en la eternidad y proclamemos la grandeza del Señor, porque el Poderoso hizo en ti maravillas.

¡Así sea!


Oración para el Quinto día

¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, cuando se intentaba extinguir la sagrada Orden del Carmelo mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, lograste que el Sumo Pontífice Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo a través de la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Santísima Virgen María y Reina del Carmelo, me defiendas de todos los enemigos de alma y cuerpo, y para que guiado por tu ejemplo y protección siempre viva en el santo servicio de Dios y tuyo.
Así, Señora, te lo suplico humildemente.

¡Amén!


I. En la Biblia

Después que los ángeles se volvieron al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos lo que ha sucedido y lo que el Señor nos ha dado a conocer.» Fueron apresuradamente y hallaron a María y a José con el recién nacido en el pesebre. (...) María, por su parte, guardaba todos estos acontecimientos y los volvía a meditar en su interior – Lucas 2:15-16, 19.


II. María, Madre de la gracia divina

Santa Teresita del Niño Jesús, Últimas conversaciones (21 de agosto de 1897):

No habría que decir de ella cosas inverosímiles o que no sabemos; (...) Nos la presentan inaccesible,habría que presentarla imitable, hacer resaltar sus virtudes, decir que ella vivía de fe igual que nosotros, probarlo por el Evangelio... Lo que la Santísima Virgen tiene sobre nosotros es que ella no podía pecar y que estaba exenta del pecado original. Pero por otra parte, tuvo menos suerte que nosotros, porque ella no tuvo una Santísima Virgen a quien amar.


III. En la escuela de María

Teresita amaba contemplar a la María de los Evangelios. Una madre dulce y atenta presente en los momentos alegres y en los tristes:

María que se deja sorprender por el Ángel de la Anunciación… María que comparte su alegría de futura madre con su prima Isabel… María que acoge simplemente a los pastores… María que acepta que su hijo se aleje para consagrarse en prioridad a las cosas de su Padre de los Cielos… María que acompaña Jesús a Cana y en los caminos de Galilea…. María presente al pie de la Cruz… María, siempre fiel, esperando la venida del Espiritu...

¿Puedo acordarme de los momentos en los que he experimentado la dulzura y la prevención maternal de la Virgen Maria a mi lado? ¿Me atrevo a hablarle con la sencillez de un niño para contarle mis alegrías y penas?


IV. Oración final 

¡Oh, María! flor del Carmelo,

Viña florida, esplendor del Cielo,

Virgen y Madre del Hijo de Dios,

Virgen sin mancilla,

singular Madre cariñosa,

intacta de hombre,

¡Asístenos en nuestras necesidades!

(meditar en nuestros proyectos)

¡Oh, Estrella del Mar!

¡Ven a nuestro auxilio y muéstrate Madre nuestra!

Santa María, Madre de Dios,

te imploramos humildemente desde el fondo de nuestro corazón:

¡Que nada resista a tu intercesión todopoderosa!

Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.

¡Amén!


Oración de la comunidad

Oración a la Virgen del Carmen

¡Oh, María! flor del Carmelo, Viña florida, esplendor del Cielo, Virgen y Madre del Hijo de Dios, Virgen sin mancilla, singular Madre cariñosa, intacta de hombre, ¡Asísteme en mis necesidades! (meditar en nuestras necesidades) ¡Oh, Estrella del Mar! ¡Ven a nuestro auxilio y muéstrate Madre nuestra! Santa María, Madre de Dios, te imploramos humildemente desde el fondo de nuestro corazón: Que nada resista a tu intercesión todopoderosa. Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros. Amén.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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Novena a Nuestra Señora, la Virgen del Carmen

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