Oración para todos los días

Soberana Madre de la Reina del cielo y Abuela del Verbo humanado; mi señora Santa Ana, con humilde reverencia postrado ante tus pies, te suplico, que si el favor que te pido ha de ser para gloria de tu Santísimo Nieto, Dios y Señor mío y bien de mi alma, me lo concedas, y si no, endereza mi ruego de manera que sea de mayor agrado para la gloria suya y provecho espiritual de mi alma. 

¡Oh, gloriosa Santa Ana! que estas llena de compasión por quienes te invocan y de amor por los que sufren, continúa intercediendo por mí hasta que mi petición sea concedida. 

¡Amén!

Deuteronomio

 Acuérdate del largo camino que el Señor, tu Dios, te hizo recorrer por el desierto durante esos cuarenta años. Allí él te afligió y te puso a prueba, para conocer el fondo de tu corazón y ver si eres capaz y no de guardar sus mandamientos. [...]

Deuteronomio 8:2

[...] y te condujo por ese inmenso y temible desierto, entre serpientes abrasadoras y escorpiones. No olvides al Señor, tu Dios, que en esa tierra sedienta y sin agua, hizo brotar para ti agua de la roca, y en el desierto te alimentó con el maná, un alimento que no conocieron tus padres. Así te afligió y te puso a prueba, para que tú vieras un futuro dichoso.

Deuteronomio 8:15-16

Ana y Joaquín, esperaron por más de 20 años la alegría de ser padres. El día de una fiesta del Señor, Joaquín va al Templo de Jerusalén para rendirle honores, pero el sacerdote de servicio lo rechaza afirmando que su esterilidad es una maldición.

Joaquín, apenado y confuso, no osa regresar a su casa y se retira al desierto para ayunar y rezar.

De su lado, Ana, viendo que su esposo no volvía, se lamenta delante del Señor.

Después de este periodo de separación, que la Tradición hace durar simbólicamente 40 días. Por orden de un ángel, los esposos se reencuentran en la Puerta Dorada (ícono). Es durante este reencuentro que María fue concebida.

El haber atravesado una gran crisis conyugal y varios sufrimientos en el seno de su matrimonio hace que Ana y  Joaquín están cerca de los que viven incomprensiones, pruebas, separaciones… Situaciones que dan la impresión de ser conducidos al desierto, pero Dios quiere colmar a todos: el desierto es un tiempo de purificación y después puede volverse fuente de grandes gracias…

Día Cuarto

Santa Ana junto con su esposo San Joaquín, puso a su Hija por nombre María, que significa “estrella”, “señora, mar de gracias”. 

¡Qué dicha y admiración sentiría Santa Ana los tres años que vivió en compañía de María! 

Amamantarla, cuidarla, hablarle, estrecharla en su corazón, y llevarla en los brazos, oírla hablar y recibir de ella sus primeros cariños de Hija. Ella vió crecer a su Hija en gracia, en edad y en sabiduría delante de Dios y de los hombres y junto a ella se sentía ante la fuente de todas las gracias. Sólo en el cielo conoceremos y gustaremos las gracias que recibió nuestra Santa estos tres años, su gozo y su santidad.

De San Juan Pablo II

«La vida conyugal no está libre de pruebas, ni de momentos dolorosos durante los cuales el amor y la confianza en el otro y en sí mismo tambalean. Los esposos sacarán su fuerza en cualquier dificultad, al unirse a los sentimientos que Cristo experimentó en la noche del Viernes santo. Muchos lo han experimentado: atravesar una prueba puede contribuir a purificar el amor.» 

Discurso de San Juan Pablo II, Sainte Anne d’Auray, Francia – Septiembre 20, 1996 - N°5

«La Iglesia se preocupa de aquellos que están separados, divorciados, y de aquellos que se casan por segunda vez; ellos siguen siendo miembros de la comunidad cristiana. En efecto, “pueden y deben, como bautizados, participar en su vida”, acogiendo al mismo tiempo en la fe, la verdad que es conllevada por la Iglesia en la disciplina del matrimonio.»

Discurso de San Juan Pablo II, Sainte Anne d’Auray, Francia – Septiembre 20, 1996 - N°11

Oremos:

Santa Ana, hoy te rezamos por y con las parejas que atraviesan crisis conyugales que los conducen en algunos casos a la separación. Ayúdalos a obtener la fortaleza para levantar la cabeza del afecto particular que tienes por ellos. Mientras atraviesan el desierto, que no se fijen únicamente en el hambre y la sed; que se den cuenta de la presencia de Dios que saca el agua de la roca, que alimenta con el maná y que conduce sus hijos a la tierra prometida. ¡Y que puedan experimentar que Dios es Dios fiel hasta la eternidad!

¡Santa Ana! te pedimos

ser la guardiana de la fe en nuestros corazones,

de la gracia en nuestras almas,

de la solidaridad en nuestros hogares,

del amor en nuestra familia

de la reconciliación en la Iglesia

de la paz en el mundo.

Guarda viva en nosotros

la virtud de la esperanza.

¡Santa Ana, madre de María y abuela de Jesús, 

vela por nosotros, y por nuestros ancianos!

Conclusión:

Si no dispones de mucho tiempo para orar:

• Un Padre Nuestro,
• Un Ave Maria, (que puede adaptarse: “Dios te salve María, hija de Santa Ana, llena de gracia, el Señor es contigo…)
• Un Gloria
• Santa Ana, ruega por nosotros y nuestras familias.

Si dispones de un buen espacio de tiempo para orar :

• Diez Ave Marias, o
• Una decena delRosario, o
• Un Rosario entero, 

Y terminar diciendo:

• Santa Ana, ruega por nosotros y nuestras familias.

Oración Final

Damos gracias a Dios por permitirnos conocer y amar a nuestra querida Santa Ana y gloriarnos con las gracias y bendiciones con que la adorna el Altísimo. 

Santa Ana, te pedimos que nos concedas, la gracia de conocerte y amarte más y más, de conocer y amar a Dios, como tú le conociste y amaste, de detestar el pecado, el único mal verdadero, y de vivir y morir como tú, por Dios y para Dios. 

¡Amén!

Proposición de lectura: Amoris et Lætitia - Papa Francisco