Por quienes sufren una enfermedad psiquiátrica

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Nuestra mente es frágil. De pronto debido a diferentes circunstancias en la vida podemos enfrentarnos a una enfermedad psiquiátrica. Aceptarla es duro. El prejuicio y la propia fragilidad hacen difícil mirar la situación con objetividad. Esta semana queremos dejarte tres artículos que pueden ayudarte a entender mejor esta situación si la vives. O también, si tienes a alguien cercano que la sufre, poder acompañarlo de una mejor manera. Recemos juntos esta semana por aquellos que las sufren.

1. ¿Cómo puedo ser feliz si tengo una enfermedad psiquiátrica?

2. ¿Cómo puedo ayudar a un amigo que sufre depresión?

3. Cuando la oración parece que no basta

Oración de la comunidad

Acción de gracias a Dios

«Padre te quiero agradecer por todos los momentos alegres de mi vida, porque en ellos conozco tu sonrisa, esa que me dice cuánto me amas. Gracias por cada amanecer en que el firmamento se llena de luz y color y me recuerda que ahí estás tú. Gracias porque en la sonrisa de las personas descubro tu misericordia, porque en las palabras sabias del anciano conozco tu consejo, porque en cada momento que respiro siento tu aliento que me sostiene y alimenta. Padre hoy también quiero agradecerte por aquellos momentos difíciles, tristes o complicados… por cada vez que un saludo no es correspondido o una sonrisa muere en mi rostros ante la negativa de un hermano, porque allí aprendo a dar amor donde no hay amor. Porque en el rechazo o la indiferencia encuentro la oportunidad de seguir siendo fiel y dar testimonio de ti, porque en los momentos en que arriba la soledad o la preocupación a mi vida, llega también la inmensa necesidad de ir en tu búsqueda. Gracias por aquellos momentos de oscuridad absoluta en los que mi alma te busca como única fuente de luz… Bendito sea cada momento que me ha hecho recordarte y buscarte. Porque cada oportunidad de estar contigo es como un pasaje a vivir el paraíso en la tierra, porque cuando me acerco feliz y radiante a darte gracias, siento tu amor que me anima a continuar. Porque cuando me acerco a ti cabizbajo o desanimado siento tu abrazo que me llena de fuerzas para seguir adelante, porque cuando me acerco a ti lleno de arrepentimiento siento tu mano que me perdona y levanta… porque cuando me acerco a ti, nada sigue igual. Gracias Señor».

¡Gracias! 6 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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