Qué obreros hemos de pedir

Imagen principal de la publicación

Comunicamos que íbamos a descansar de publicar los domingos, pero tras la lectura de la homilía por el presbítero diocesano de Cádiz, Antonio Troya Magallanes, es imposible no publicarla:


DOMIGO DECIMOCUARTO DEL TIEMPO ORDINARIO

Introducción: Que obreros hemos de pedir. «La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que mande obreros a la mies.» Este ruego de Jesús se suele interpretar mal; no sé si por ignorancia o por malicia. El ruego para que el dueño de la mies mande obreros a su mies se suele entender: que mande curas y frailes, o, de otra manera para que haya vocaciones sacerdotales y religiosas. Pero entendido en este sentido se desmarca totalmente del contexto. Entonces, ¿cómo hay que entenderlo? Eso es lo que vamos a intentar ver en esta homilía.

1. Anunciar a Jesucristo es tarea de todo bautizado. ¿Por qué digo que se desmarca del contexto? Pues por varias razones. La primera, porque Jesús como hombre no sabía lo que era un cura y un fraile. Simplemente no existían: los primeros curas fueron ordenados en la cena de despedida del Señor, el día antes de su pasión. La segunda, porque Jesús ha mandado a setenta y dos a anunciar que estaba cerca el Reino de Dios, y entre esos setenta y dos no habían ni curas ni frailes, simplemente personas que lo había aceptado a Él como Mesías salvador y enseguida Él los hizo participes de su tarea: anunciar el Reino de Dios y poner sus cimientos en el mundo. Pero esos setenta y dos eran pocos ya que la mies –es decir, los que tenían que recibir el anuncio de que el Reino de Dios estaba cerca y que Jesús de Nazaret era su portador- eran muchísimos, incluso si se reducía el anuncio a Palestina. Jesús buscaba ayuda en su tarea a cualquiera que lo aceptaba a Él y creía en su palabra. Qué hacen falta sacerdotes que celebren la Eucaristía es evidente; que esté reservado a ellos anunciar a Jesucristo a quienes aún no lo conocen es erróneo. Solamente haciendo un evangelizador de cada bautizado llegara la salvación a nuestro extenso mundo. Los que han recibido el bautismo y una mínima formación cristiana están llamados a anunciarla a quienes no han tenido esa suerte. Y entre estos están muchísimos que se dicen cristianos, pero viven como paganos, porque no conocen a Cristo. Y que están muy cerca de nosotros, que los tratamos todos los días.

2. Todo bautizado es un enviado a anunciar a Jesús. Todo esto nos lleva a una seria reflexión, porque quizás vosotros también habéis llegado a pensar que la predicación del Evangelio es privativa de sacerdotes y frailes, o habéis oído la doctrina de una Iglesia de Jesús dividida entre los que enseñan y los que aprenden. Pero todos, si hemos aceptado a Jesucristo es porque algún conocimiento teníamos de su grandeza y de su bondad. Y sólo por eso ya somos Iglesia que enseña; es decir, miembros de la Iglesia de Jesús llamados a comunicar a todo el que se nos ponga por delante eso que nos ha llevado a tener a Jesucristo como Señor y las gracias recibidas de Él que han cambiado nuestras vidas. Quedarse con estas riquezas guardadas en el corazón no es exponente de sentir mucha atracción hacia Jesús, ni manifiesta un sincero agradecimiento por sus dones. El concilio Vaticano II nos enseña que todos los miembros de la Iglesia son iguales en dignidad y el papa Francisco nos exhorta continuamente a hacer una Iglesia “en salida”, o una Iglesia que siempre está dispuesta a dar razón de su fe a todos los que aún no la han recibido, al menos de una manera que incorpore a sus vidas los valores del Evangelio. Y esto no se lo dice sólo a obispos y sacerdotes, sino a todo el pueblo santo de Dios, a todos los bautizados. Me parece que ya ha llegado el momento de no contentarse con decir que el papa Francisco es muy bueno, sino de apresurarse a llevar a la práctica sus orientaciones.

Conclusión: La fuerza de la Eucaristía. ¿Que no nos encontramos con fuerza para ello? Y entonces ¿de qué nos sirve la Eucaristía que celebramos cada domingo? ¿Es que el Jesús al que nos unimos por la comunión no es nuestra fuerza para proceder como discípulos? Dejemos a un lado la atonía y volvamos al Evangelio.

Presbítero Antonio Troya Magallanes.

Oración de la comunidad

Oración de intercesión por los misioneros

Señor, que has querido que tu Iglesia sea sacramento universal de salvación para todos los hombres, escucha bondadoso las súplicas que te dirigimos por los misioneros: sacerdotes, religiosos y laicos. Ya que te dignas concedernos la gracia de cooperar en la santificación de tu Iglesia, acepta nuestro deseo de hacerte amar y conocer, por el que te ofrecemos nuestra oración, amor y sacrificio, Para que por los méritos de tu Hijo Jesucristo bendigas a los misioneros, guardándolos de todo peligro, haciéndoles sentir tu presencia en sus trabajos y preocupaciones, haciendo de ellos unos apóstoles que emulen el fervor misionero de San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús, co-patronos de las misiones. María, Madre de la Iglesia, Estrella de la evangelización y Reina de las Misiones, acompaña a los misioneros en su entrega y concédeles el don de la perseverancia en su compromiso de dar a conocer a Jesucristo, nuestro Salvador y compartir el evangelio con quienes no lo conocen. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

¡Gracias! 17 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

Mes Misionero Extraordinario

Me inscribo