La oración sobre todo lo que Dios va permitiendo es un camino natural para entrar en contacto con Dios. 

    Busca la presencia de Dios en tu vida, y el designo que Dios tiene sobre ti, y busca serle fiel. Este descubrimiento transformará tus días en oración, volviéndote más atento a la acción de Dios en tu vida. Y disponiéndote a colaborar con esta acción de Dios. 

    En los momento de tu vida que te toca de cerca, pregúntate cómo está Dios presente aquí, cómo se manifiesta su providencia. Qué relación tiene esto con el Evangelio, y sobre todo, que plan tiene Dios sobre tí y sobre los demás. Qué te descubre esto. 

    Mientras Dios permite las alegrías o las dificultades, con sus dedos divinos, está transformándote y haciéndote mejor. Tiene planes sobre tí. Señor, ¿qué llamada tuya particular para mi encierra esto, qué me está pasando? Y  es cómo sentir que a lo mejor necesitas más oración, o aprovechar los años que no se vayan omitiendo lo importante, o debes trabajar en tal o cual virtud, en ser más valiente, o caritativo…

    Dios está usando todo lo que pasa en tu vida porque te ama. Es cómo si sólo existieses tú en el mundo para El, y está haciendo que de todo lo que vives, vayan sacándose bienes espirituales para tu alma y para tu eternidad.

    Nacerá de tu oración personal, asombro, admiración, dolor, pesar, contrición, propósito, decisiones… son la oración que puedes hacer en medio de las circunstancias de tu vida ordinaria. No es solamente un examen de conciencia sino descubrir la mano de Dios en todo lo que te va pasando y hablar con El en modo de oración, con el deseo humilde que Jesucristo te abra los ojos para ver las cosas cómo El las ve, y corresponder a su voluntad todavía mejor de lo que lo has hecho hasta ahora.