Domingo de la Santísima Trinidad

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Explicar el misterio de la Trinidad parece difícil, pero todos conocéis la Santísima Trinidad.  Pueden tratar de explicarte la fórmula química de una naranja, pero tú sabes lo que es una naranja antes de que te lo expliquen,  porque ya la has probado. Jesucristo dice "El que me ve a mí, ve al Padre; y el Espíritu Santo que tomará de lo mío y os lo dará a conocer". Todos hemos probado la Santísima Trinidad. 

Vamos a tratar de explicarla par que nuestra inteligencia disfrute de este misterio.

Misterio no significa una enigma insoluble. Un misterio de fe significa aquello que vas poder profundizar más y más sin nunca agotarlo. No significa que sea opaco a tu inteligencia. Significa que siempre vas a descubrir cosas nuevas sin agotarlo, como la Eucaristía

Nos pasa igual con algunas realidades humanas: la sonrisa de un niño por ejemplo. Miras a un bebé y te sonríe y no piensas: "2 centímetros y medio de labios extendidos", sino que hay algo que se va manifestando delante de ti, y si sonríe más te afecta también y vas conociendo esta realidad.

El mito de Pigmalión y Galatea, de la mitología griega, cuenta cómo Pigmalión, un escultor, labrando la estatua de una mujer con todo el ideal de belleza que tiene en la cabeza, se enamora de ella, la besa y al besarla, cobra vida. Es Galatea. ¿Por qué utilizo el mito de Pigmalión? Porque los teólogos usan las experiencias que tenemos,  y comparan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como es el proceso de una mente artística. Y dicen: El Padre es el artista, el creador, pero el artista cuando va a esculpir una estatua tiene en la mente una idea. Antes que esté en el mármol, está en su mente. Este concepto, este verbo, este significado es el Hijo. 

No solamente el arquitecto tiene la idea sino que además tiene una motivación. "Voy a hacer este edificio antisísmico". La motivación sería el Espíritu Santo. Comparando al mito. El Padre hace la creación, según un modelo. Jesucristo es el modelo para toda la creación. Dice San Pablo: "Todo ha sido creado mediante El". Y San Juan dice: "Sin El no ha sido hecho nada que no ha sido creado". Quiere decir que el reflejo del Hijo está en todo lo creado. Y también tenemos ejemplo de esto. No es verdad que cuando estás cansado o agobiado, miras la naturaleza "qué atardecer, mira las estrella!" y ves orden, belleza, verdad, bondad... todo lo que tiene Cristo en grado sumo, porque Cristo era el modelo según el cual el Padre creó todo, también a ti.Y además el creador está, como Pigmalión, enamorado de su obra. Esta corriente de amor entre los dos es el Espíritu Santo. 

De la misma manera, Santa Catalina de Siena, para hablar de la Trinidad, habla de tres cosas: el Sol, la luz y los colores. Compara el sol radiante con el Padre, la fuente de toda luz.Pero la luz que me toca a mí, que llega a mi ojo y que me permite ver el sol, la compara con el Hijo, Jesucristo. Es gracias a la luz, si no hubiese luz, ¿si todo fuese oscuro, cómo podría tener conocimiento de él? Este rayo de luz que sale del sol llega hasta mí y me toca y es proporcionado a mi ojo, entonces tengo conocimiento del sol. De la misma manera,Jesucristo ha venido a una cosa, a darnos a conocer al Padre, como la luz nos hace conocer al sol. Pero además, cuando llega a nosotros la luz, todo este mundo que está en tinieblas sin ella, vemos todo negro. En cambio en el momento que le pega la luz, todo emite algo bello, hermoso; porque la luz que viene del sol le ha tocado. Es una manera muy bonita para explicar la acción del Espíritu Santo en nosotros. Cuando Jesucristo nos toca, algo pasa en nosotros. Algo de él llega a nosotros. "EL Espíritu Santo tomará de lo mío y os dará a conocer". Y es tan hermoso lo que crea alrededor, que Jesucristo dice "os conviene que yo me vaya porque si no me voy el Espíritu Santo no vendrá a vosotros". Eso es lo que provoca en nosotros algo maravilloso, algo con la firma de Dios por la generosidad que tiene este acto. Estamos acostumbrados a decir que el Espíritu nos santifica, pero sería más apropiado decir el Espíritu Santo nos toca y nos diviniza.Porque lo que nos da no es un sucedáneo de la vida de Dios sino que nos da la vida de Dios. Lo que es de Dios, tú lo tienes. Lo que empieza a pasar a nuestro alrededor como la luz del sol que cubre toda la faz de la tierra y surgen todos los colores, el azul del mar, el verde de las selvas... igualmente la luz del sol nos toca y empiezan a aparecer estos actos como colores maravillosos: el perdón que es sobrehumano, la misericordia, la generosidad.Imagen dentro de la publicación

Ves unas hermanas que dan toda su vida por Dios, dejándolo todo. Esto no es humano. Es un ideal que viene de otra parte, de Dios. Así que la fiesta de la Santísima Trinidad es un misterio que conocemos sólo por la revelación de Cristo. Nunca nadie con su cabeza hubiera podido llegar a esto. Es un misterio en beneficio para nosotros.

Celebrar la Santísima Trinidad es celebrar la inmensa generosidad de Dios que se nos revela, y el regalo más grande que recibimos es la vida de Cristo misma. No nos lo guardemos. ¿Cómo voy a explicar la Trinidad a todos quienes me encuentro? muy fácil, preséntales a Cristo. Porque cómo decían los apóstoles: "Señor, háblanos del Padre y nos basta"decía Felipe; "tanto tiempo con vosotros y no me habéis conocido. El que ve a mí, ve al Padre". Jesús sopla de él mismo, de lo que él tiene dentro, que es el amor por el Padre, sopla para que tú respires lo que él sopla.

Oración de la comunidad

Toma Señor mi libertad

Toma, Señor, y recibe toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a Ti, Señor, lo retorno. Todo es Tuyo: dispone de ello según Tu Voluntad. Dame Tu Amor y Gracia, que éstas me bastan. Amén.

¡Gracias! 35 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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