Día 1: Sagrado Corazón, modelo de amor, humildad, y obediencia

El Sagrado Corazón, modelo de amor

Sólo motivos de amor han llevado a Jesús a darnos su Sagrado Corazón. Nos percibió tal y como éramos: pobres, infelices, llenos de corrupción y de pecado. ¡Por nuestra total miseria nos amó! Nos amó y se hizo hombre; nos amó y sufrió pasión y muerte; nos ama y por eso permanece en la Eucaristía; nos ama y por eso nos manifiesta las riquezas de su Corazón.

Y a cambio de su amor, el Corazón de Jesús sólo nos pide el amor de nuestro corazón. Sólo nos pide ser amado, no como merece Él, sino como podemos amar nosotros. Con una pequeña gota de nuestro corazón se contenta Él y, a cambio, nos regala el inmenso océano del suyo.

¡Tengo sed!, grita hoy desde el sagrario, como lo hizo desde la cruz. ¡Tengo sed de tu amor! 

No nos hagamos sordos a este grito del Corazón de Jesús y amemos su Sagrado Corazón.

¿Qué haces tú por tus familiares, por tu pareja, por tus amistades por todos a los que tanto quieres? ¿Cómo les hablas? ¿Cómo los atiendes? ¿Cómo los acompañas? Pues bien, haz lo mismo con el Corazón de tu amigo, Jesús, y Él estará satisfecho de ti. Triste de ti si no lo amas de la misma manera como amas a tus seres queridos, a tus amigos… ¡Te estás jugando la eternidad!

El Sagrado Corazón, modelo de humildad

Contemplemos la humildad del Corazón de Jesús. Siendo Jesucristo, Dios y soberano de todas las cosas, no le bastó hacerse niño en el seno de una mujer, nacer en un pesebre rodeado de animales, trabajar como joven y adulto en un taller y morir miserablemente crucificado, como el peor de los criminales.

Aún después de su existencia humana, hoy mismo, vive humillado y abatido. En los Sacramentos ha escogido –para vivir en medio de nosotros– la más modesta apariencia. Se deja encerrar como un prisionero en el fondo del tabernáculo, en nuestras iglesias casi siempre desiertas y abandonadas.

¡Oh, buen Jesús! hoy eres el mismo que vivió en Belén y en Nazaret, el mismo que recorrió a pie los campos y aldeas de Judea, el mismo que murió entre injurias y desprecios, en el Calvario. No ha cambiado tu condición de pobreza y sencillez; no has dejado de ser humilde para nos podamos acercar a Ti, sin temor, y para que aprendamos de Ti la sencillez y la humildad.

Sagrado Corazón de Jesús: dame ese espíritu de perfecta humildad para que consiga estar un día a tu lado en el trono que reservas para quienes son tan humildes como Tú.

El Sagrado Corazón, modelo de obediencia

El Sagrado Corazón de Jesús es modelo de la más perfecta obediencia. Para darnos ejemplo, bajó del cielo y se encarnó de la Virgen María. Toda su vida mortal puede resumirse en una sola palabra: obediencia. Jesús es Rey de los cielos y obedece. Jesús es Dueño de todo lo creado y obedece. Jesús es Árbitro poderoso de cuanto existe y, no obstante, ¡Jesús obedece!

Jesús obedece continuamente al Padre celestial, pero además Jesús obedece siempre a sus criaturas. Le obedecía a María, le obedecía a José, le obedeció al juez impío, a los verdugos crueles… ¡A todos obedeció! 

Incluso hoy en día, en el sacramento de la Eucaristía, Jesús obedece a la voz de su ministros, a quienes ha dado –en cierto modo– facultad de poderlo colocar en nuestros altares.

Perdóname, Jesús mío; mirame arrepentido, regresando a tu casa. 

Manda, Señor, que a mí me toca obedecer. Prometo, desde hoy, obediencia a tu ley, a tus enseñanzas, a tus ministros y a mis superiores.

Oración para el primer día

¡Sagrado Corazón de Jesús! que en el divino sacramento de la Eucaristía estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón por nuestras culpas e implorando tu misericordia. 

Nos duele de todo corazón ¡oh, buen Jesús! el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces nuestro desprecio e ingratitud. 

Destruye las maldades e imperfecciones del mío, para que se llene de tu amor. Dame la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra ti, ¡oh, amantísimo Corazón!, y concédeme lo que te pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto tuyo y bien de mi alma.

Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón.

¡Amén!

Oremos

☑️Si los deberes cotidianos sólo te permiten dedicar un tiempo corto para la oración, te sugerimos:

Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque.

☑️Si puedes disponer de un tiempo más largo te sugerimos:

Hacer el Rosario del Sagrado Corazón de Jesús.

Rosario del Sagrado Corazón de Jesús

El Rosario del Corazón de Jesús consiste de cinco docenas en honor a las cinco Llagas de Nuestro Señor.

Este Rosario se recita usando un Rosario de cuentas regulares.


*Inicio:

Por la señal de la Santa Cruz,

De nuestros enemigos,

Líbranos Señor, Dios Nuestro.

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.

¡Amén!

 

*En la Cruz del Rosario:

Alma de Cristo, santifícame.

Cuerpo de Cristo, sálvame.

Sangre de Cristo, embriágame.

Agua del costado de Cristo, lávame.

Pasión de Cristo, confórtame.

¡Oh, buen Jesús! óyeme.

Dentro de tus llagas, escóndeme.

No permitas que me aparte de Ti.

Del maligno enemigo, defiéndeme.

A la hora de mi muerte, llámame y mándame ir a Ti.

Para que con San José, la Virgen María,

tus Ángeles y  tus Santos

te alabe y te bendiga

por los siglos de los siglos.

¡Amén!


 PRIMER MISTERIO

(Primera Década)

*En las cuentas gruesas del Rosario: 

(Al principio de esta decena)

« Jesús, Dulce y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. »


¡Oh, mi Jesús! aquí estas presentándonos tu Corazón Bendito; tu Corazón que no ahorra nada de amor, hasta que se agote y consuma todo lo que sea necesario para decirnos cuánto nos amas.

¡Sí Jesús, Tu nombre es Amor, Tu lema, Tu vida! ¡Amar contigo, es amar a toda costa! Cuánto te ha costado amar, mi Señor...

Cuando contemplo tu Corazón abierto, noto mi ingratitud por el inmenso regalo que nos has hecho.

Lo que recibes a cambio por este regalo de amor sigue siendo hoy como ayer, la ingratitud, la frialdad y el desprecio de todos aquellos por quien no puedes permanecer indiferente.

Corazón de Jesús, vengo a honrarte y quiero reparar las humillaciones que recibes para consolar a tu amoroso Corazón despreciado.

 *En las cuentas pequeñas del Rosario:

(Repetir diez veces)

« Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. »

*Al concluir esta decena:

« Dulce Corazón de María, sed la Salvación del alma mía. »

Señor Jesús, Bendito seas por tu Amor; perdóname por mi falta de gratitud hacia Tí.

Rezo por Tí y por todos mis hermanos y hermanas.

 

SEGUNDO MISTERIO

(Segunda Década)

*En las cuentas gruesas del Rosario: 

(Al principio de esta decena)

« Jesús, Dulce y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. »

Al hacer resplandecer tus promesas como joyas celestiales, mi Dulce Jesús, pides que disponga mi corazón para recibir los regalos más preciosos de tu inagotable Misericordia.

Me pides que abra mi corazón para hacerme vivir la mayor felicidad mientras mi mente deambula en busca de alegrías. ¡Qué pérdida de tiempo!

En mi interior resuena tu Palabra, es allí donde escucho tu invitación. No sólo con mi boca y mi comportamiento esperas la respuesta, sino desde lo más profundo de mi alma.

Mi Dulce Corazón de Jesús, quiero escuchar tu Palabra que me entregas libremente.

Recibe mis actos de reparación por tus llagas causadas por los pecados de la ignorancia y la indiferencia, para merecer tus Misericordias celestiales y tu Amor infinito.

 *En las cuentas pequeñas del Rosario:

(Repetir diez veces)

« Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. »

 *Al concluir esta decena:

« Dulce Corazón de María, sed la Salvación del alma mía. »

Señor Jesús, Bendito seas por tu Amor; perdóname por mi falta de gratitud hacia Tí.

Rezo por Tí y por todos mis hermanos y hermanas.

 

TERCER MISTERIO

(Tercera Década)

*En las cuentas gruesas del Rosario: 

(Al principio de esta decena)

« Jesús, Dulce y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. »


La majestad de Dios es la que se esconde en tu Corazón humano, Jesus, hijo de Maria.

¡Tu Corazón es mi Alianza! ¡Tu Corazón es el camino más corto que me lleva al Padre!

¡El corazón humano palpitante es la vida de Jesús, la vida de Dios es la que late en el corazón humano!

En la Sagrada Eucaristía, es la majestad de Dios que se ofrece a sí misma. Es para unirme a Él que me invita a su mesa: para que mi corazón palpite al ritmo de la Alianza que tu estableciste para mí con el Padre.

El ritmo de tu Amor me impulsa hacia la vida que brota del hogar que me has dado ... pero al que aún no me decido a entrar.

Soy como un barril sin fondo que se desespera ... mi corazón está desvencijado porque yo me alimento en todo tipo de mesas.

Sagrado Corazón de Jesús, en la Santa Hostia te encuentro, allí estás siempre accesible.

Incansable pródigas las maravillas de tu Bondad y tu tierna Compasión hacia mí.

Sin cesar me presentas la Alianza prodigiosa que has venido a sellar para mí con el Padre.

Señor, ofrezco convenientes reparaciones por las calumnias infligidas contra tu Santa Eucaristía y todas las omisiones ante Tu Presencia.

 *En las cuentas pequeñas del Rosario:

(Repetir diez veces)

« Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. »

*Al concluir esta decena:

« Dulce Corazón de Maria, sed la Salvación  del alma mía. »

Señor Jesús, Bendito seas por tu Amor; perdóname por mi falta de gratitud hacia Tí.

Rezo por Tí y por todos mis hermanos y hermanas.

 

CUARTO MISTERIO

(Cuarta Década)

*En las cuentas gruesas del Rosario: 

(Al principio de esta decena)

« Jesús, Dulce y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. »


Dulce Corazón de Jesús, tu mensaje sigue siendo el mismo: «Ámense los unos a los otros como yo los he amado.»

Reiteras fuertemente este llamado a través de tu Corazón traspasado, tesoro insondable de clemencia que quieres derramar sobre mí.

Tu Sagrado Corazón es el remedio para todas las guerras, para todas las desgracias que afligen al mundo.

Tu Sagrado Corazón me llama al Jardín de tu Agonía, a tu Cruz, a tu Sagrada Eucaristía, y al Perdón, donde todavía suplicas al Padre que interceda por mí.

Tú me comunicas todos estos milagros de Amor Divino olvidados por la humanidad.

¿Cuándo entenderé que sólo recurriendo a la fuente de tu Corazón es que mi amor será revestido con tu esplendor y la plenitud de tu Corazón para mis hermanos y hermanas?

Señor, te ofrezco mis actos de reparación por la falta de amor en este mundo, por todos los actos brutales ejercidos en contra de quienes no amamos lo suficiente.

 *En las cuentas pequeñas del Rosario:

(Repetir diez veces)

« Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. »

 *Al concluir esta decena:

« Dulce Corazón de María, sed la Salvación  del alma mia. »

Señor Jesús, Bendito seas por tu Amor; perdóname por mi falta de gratitud hacia Tí.

Rezo por Tí y por todos mis hermanos y hermanas.


QUINTO MISTERIO

(Quinta Década)

*En las cuentas gruesas del Rosario: 

(Al principio de esta decena)

« Jesús, Dulce y Humilde de Corazón, haz nuestro corazón semejante al tuyo. »


Señor Jesús, tus brazos abiertos en la cruz revelan completamente lo que eres para el mundo: el que da la bienvenida al que se presenta ante Tí.

Señor Jesús, tu Corazón abierto en la Cruz también habla de Tí: Tú eres quien da de beber a todos los sedientos.

¡Qué alegría descubrir a mi Dios que esconde su omnipotencia para que el Amor y la Misericordia de su divino Corazón brillen y triunfen!

¿Jesús, cómo no vivir una profunda confianza al pensar en tu Corazón? ¡Tu Corazón! me lo presentas con tanta compasión e indulgencia.

Tú eres el Señor del mundo y el Juez Supremo de los acontecimientos; nada sucede sin tu voluntad si conviene para mi santificación y mi felicidad.

¡Qué fácil es, Jesús, tratar de construir mi propia alegría y olvidarte, olvidarme del plan de Amor que Dios tiene para mí.

¡Cuántas veces me invade el miedo! Corazón obediente y fiel a Jesús, ábreme la inteligencia del Espíritu Santo para que Él fortalezca mi confianza en la voluntad del Padre hacia mí.

Calma mi mente que se inquieta ante la desconfianza, las dudas y el miedo cuando las apariencias parecen contrarias a la felicidad que me prometes. Tu percepción de todos los eventos de mi vida es mucho más profunda que la mía.

Incluso me dejaste a María, tu madre para que me cuide como te cuido a Tí ...

Ella me da la mano para avanzar en los planes de Dios y Ella nunca me abandonará. Ella me lo demostró al acompañarte en la cruz.

Con Ella recibe mis actos de reparación por todas las veces que hago el mal en lugar de tenerte en cuenta a Tí y a tu Palabra.

 *En las cuentas pequeñas del Rosario:

(Repetir diez veces)

« Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío. »

 *Al concluir esta decena:

« Dulce Corazón de María, sed la Salvación del alma mía. »

Señor Jesús, Bendito seas por tu Amor; perdóname por mi falta de gratitud hacia Tí.

Rezo por Tí y por todos mis hermanos y hermanas.

*Se termina el Rosario con la siguiente oración:

Jesús, José y Maria, les doy mi corazón y el alma mía.

Jesús, José y Maria, asístanme en mi última agonía.

Jesús, José y Maria, permitan que el alma mía expire en paz con ustedes.

Jesús, José y Maria, ilumínenme, socórranme, sálvenme


Oración de la comunidad

Acto de Contrición al Sagrado Corazón

Sagrado Corazón de Jesús, que en el divino sacramento de la Eucaristía, estás vivo e inflamado de amor por nosotros, aquí nos tienes en tu presencia, pidiéndote perdón de nuestras culpas e implorando tu misericordia. Nos pesa, ¡oh, buen Jesús! el haberte ofendido. Tú eres tan bueno que no mereces esa ingratitud. Concédenos luz y gracia para meditar tus virtudes y formar, según ellas, nuestro humilde corazón. ¡Amén!

¡Gracias! 363 personas oraron

15 comentarios

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

¡Novena al Sagrado Corazón de Jesús!

Me inscribo