Soy todo tuyo, Reina mía, Madre mía, y cuanto tengo tuyo es
Sábado 08 de junio de 2019
El legionario debe estar totalmente imbuido de esta influencia incesante de María; comience con un fervoroso acto de consagración, y renuévelo frecuentemente con alguna jaculatoria que lo compendie -por ejemplo: Soy todo tuyo, Reina mía, Madre mía, y cuanto tengo tuyo es-; hasta llegar, a fuerza de repetidos y fervientes actos, a poder decir que "respira a María como el cuerpo respira el aire" (San Luis María de Montfort).
En la santa misa, la sagrada comunión, visitas al Santísimo, el santo rosario, vía crucis y otros actos de piedad, el legionario debe procurar identificarse -por decirlo así- con María, y mirar los misterios de nuestra redención con los ojos de Aquella que los vivió juntamente con el Salvador y tomó parte en todos ellos.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6