Una sana dignidad

Imagen principal de la publicación

  Actualmente hay personas que no saben que son dignos y viven lastimándose moral, espiritual, física y emocionalmente, quizás es esa  persona que menos creemos, esa que se desgasta incansablemente por quedar bien con los demás, la persona que hace sacrificios inimaginables alegando que es por caridad al prójimo, la persona que coloca en riesgo su vida y su bienestar individual :S ...hay que tener cuidado, la diferencia está que si haciendo esos sacrificios sucede como nos dice Jesús, "Que tu mano derecha no se entere lo que hace la izquierda" y eso nos da una sensación de paz y felicidad quizás vamos por el camino correcto porque estamos apostando por un bien mayor... pero si por el contrario eso es algo que nos hace sentir molestos, tristes, alterados, hay que prender la alerta, revisar que está pasando y evaluar la situación, recordemos que Dios es amor y quiere lo mejor para cada uno, quiere que caminemos con Dignidad la vida y por ende alcancemos la Santidad en el lugar que nos encontremos. 

   En este mundo tan convulsionado, se hace difícil a veces discernir el límite entre una dignidad sana, a una dignidad egoísta o una falsa dignidad, esa que lleva al egocentrismo exagerado o por el contrario a una dejadez que termina por volvernos infelices y hasta llenos de rencor. Pensemos que patrón o modelo estamos siguiendo, será que nuestra dignidad la estoy moldeando de acuerdo a ídolos materiales, humanos, me estoy guiando por paradigmas sociales? nuestro modelo de Dignidad debemos centrarlo en Jesús que se hizo hombre para mostrarnos la mejor manera de vivir, y en su madre, nuestra amada Virgen María, ellos son los principales modelos de dignidad, 

    Reflexionemos, ¿qué tipo de dignidad estoy llevando actualmente en mi vida?, ¿quiénes son mis referentes de dignidad? ¿la manera en que estoy cultivando mi dignidad como persona verdaderamente resaltan mi naturaleza de creación única de Dios? 

    Sigamos caminando hacia el fortalecimiento de mi dignidad como persona...

   

Oración de la comunidad

Oración a San Juan Pablo II

¡Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo dónanos tu bendición! Bendice a la Iglesia, que tú has amado, servido, y guiado, animándola a caminar con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a Jesús. Bendice a los jóvenes, que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar, volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz, que ilumina los caminos de la vida en la tierra. Bendice las familias, ¡bendice cada familia! Tú advertiste el asalto de Satanás contra esta preciosa e indispensable chispita de Cielo, que Dios encendió sobre la tierra. San Juan Pablo, con tu oración protege las familias y cada vida que brota en la familia. Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz. Oh San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María, haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios. Amén. Cardenal Angelo Comastri Vicario General de Su Santidad para la Ciudad del Vaticano

¡Gracias! 5 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

loader

El camino de la dignidad

Me inscribo