DÍA NOVENO: El Auxilio de la Santísima Virgen María
Siendo la Santísima Virgen María, la Madre de Dios e Inmaculada, es también, pues la Madre que más se preocupa por sus hijos adoptivos. Demostrado queda, ya que hasta se ha dignado a bajar del Cielo muchas veces para darnos avisos divinos, consolarnos en las penas, traernos algún rayo de esperanza o dejarnos algún auxilio por medio de alguna piadosa devoción. Así contamos con apariciones a lo largo de la historia, y no sólo a los bautizados, sino también a los infieles para convertirlos.
Las más conocidas, que han sido en Lourdes, donde nos confirma el dogma de su Inmaculada Concepción y nos deja un manantial de agua que ha sanado a miles de enfermos; y en Fátima, donde nos exhorta a rezar el Santo Rosario y a hacer penitencia por los pecadores, nos recuerda el terrible castigo del infierno, y nos instaura una nueva devoción a su Inmaculado Corazón Doloroso; son sin dudas, muestras del celo y cuidado que tiene esta Madre para con sus hijos.
Procuremos, pues, honrar a esta dulcísima Madre con el Rosario a diario, y nunca apartarnos de ella, ya que, como dice San Alfonso en las Glorias de María: «Como Holofernes, para rendir la ciudad de Betulia, ordenó cortar el acueducto, así el demonio procura como puede hacer que el alma pierda la devoción a la Madre de Dios, porque una vez cegado este canal de la gracia, más fácilmente la conquistará. “Considera –dice San Bernardo– con qué afecto y devoción quiere el Señor que recurramos siempre a esta nuestra reina María con plena confianza en su protección, porque en ella ha colocado la plenitud de todo bien a fin de que en ella y por ella tengamos plena confianza y reconozcamos que todos los bienes de Dios nos vienen por mano de María". Lo mismo dice San Antonino: “Por ella viene del cielo cuanto de gracia llega al mundo”. Todas las misericordias que se dispensa a los hombres, todas vienen por mano de María.»
«San Basilio anima así a los pecadores: “No desconfíes, pecador; recurre en todas tus necesidades a María; llámala en tu socorro, que la encontrarás siempre preparada a socorrerte, porque es voluntad de Dios que nos auxilie en todas las necesidades. Esta madre de misericordia tiene tal deseo de salvar a los pecadores más perdidos, que ella misma los va buscando paraauxiliarlos; y si acuden a ella encuentra muy bien el modo de hacerlos queridos de Dios”.»
Recemos, pues, a María Auxiliadora de los Cristianos, conjuntamente con San Alfonso María de Ligorio, San Bernardo de Claraval y todos los Santos del Cielo, pidiendo la virtud de las virtudes, que permanecerá eternamente, la virtud teologal de la Caridad:
NOVENA A MARÍA AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS
(Propagada por San Juan Bosco)
1. Rezad durante nueve días seguidos tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias con la jaculatoria "Sea Alabado en todo momento el Santísimo Sacramento", y tres Salves con la jaculatoria "María Auxiliadora de los Cristianos, ruega por nosotros".
El cristiano ora al Señor y también a la que es su Auxiliadora
2. Recibid los Sacramentos de la Reconciliación y de la Eucaristía.
El cristiano vive unido a Cristo, a la Auxiliadora de los cristianos y a la Iglesia por los Sacramentos.
3. Os recomiendo que prometáis vuestro donativo o vuestro trabajo personal para sostener obras de apostolado, preferentemente salesianas.
El cristiano, siente que la Auxiliadora le anima a ser apóstol y a sostener las obras de apostolado de la Iglesia de Cristo.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6