Dios y María

Jueves 23 de mayo de 2019


Después de Dios, la Legión tiene su más firme apoyo en la devoción a María, aquel portento inefable del Altísimo, como dice Pío IX.

Mas, ¿qué puesto ocupa María en relación a Dios? Como a todos los demás hijos de hombre, Dios la sacó de la nada; y, aunque ya en ese momento inicial la ensalzó hasta una altura de gracia inmensa e inconcebible, respecto de su Hacedor es como la nada. Ella, más que nadie, es criatura suya, porque en Ella, más que en otra alguna, ha obrado su Mano todopoderosa. Cuanto más hace por Ella, tanto más es hechura suya.

Y muy grandes cosas hizo Dios en María: desde toda la eternidad la asoció en su mente divina con el Redentor; la hizo entrar en los misteriosos designios de su gracia, escogiéndola para Madre de su Hijo y de todos los que estuviesen unidos a Él. Todo lo cual quiso Dios, en primer lugar, porque María había de corresponder a la elección más fielmente que todas las demás criaturas juntas; y en segundo lugar, porque de este modo -misterio inaccesible a nuestra limitada razón- acrecentaba la gloria que habíamos de darle también todos nosotros.

Oración de la comunidad

Catena Legionis

Antífona: ¿Quién es Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí; su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo; dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos, y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes, y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia como lo había prometido a nuestros padres en favor de Abraham y su descendencia por siempre. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. Antífona: ¿Quién Esta que va subiendo cual aurora naciente, bella como la luna, brillante como el sol, terrible como un ejército formado en batalla? V. Oh María, sin pecado concebida, R. Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Oremos Oh Señor Jesucristo, medianero nuestro delante del Padre, que constituiste a la santísima Virgen, tu Madre, madre nuestra y medianera ante de Ti, haz que cuantos a Ti acudieren para pedirte beneficios se gocen de haberlo conseguido todo por Ella. Amén.

¡Gracias! 15 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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