5 de Mayo: Día de la Madre

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La mamá de San Daniel Comboni se llamaba DomenicaTuvo 7 hijos pero los vio morir a todos salvo a Daniel. Vigilio, el hermano mayor de Daniel, murió a los 21 años; los demás, a excepción de una niña que partiría con tres años y medio, murieron siendo todavía bebés. Más tarde la providencia determinó que aquel hijo único que le quedaba fuese llamado a partir muy lejos, a un continente prácticamente desconocido y mamá Domenica tuvo que aceptar el sufrimiento de esta separación. Cuando le llegó la muerte, el 14 de julio de 1858, su hijo no pudo estar cerca de ella porque estaba en la Misión de África. Daniel Comboni recibió la carta de su padre que le anunciaba la muerte de su madre el 13 de noviembre de 1958… cuatro meses después de su fallecimiento. Enseguida contestó a su padre:


¡Ay! ¿Así que la inexorable muerte truncó el discurrir de los días de mi buena madre?... Dios nos dio esa buena madre y esposa, Dios nos la ha quitado. Hagamos, pues, de ella un generoso sacrificio al Señor, y sea grande nuestro gozo porque Dios quiso llamarla a su lado para darle un bien merecido premio por los sufrimientos y sacrificios que ella soportó a lo largo de su vida... Sí, padre mío, ella ha terminado de llorar en esta tierra; y ahora se encuentra por fin en posesión de la gloria del cielo, compartiendo con sus seis hijos la dicha de un paraíso que nunca acabará, y en espera de que nosotros, vencedores en la lucha de esta peregrinación temporal, vayamos a reunirnos con ella. Yo exulto de alegría porque ahora la tengo a ella más cerca que antes; y alégrate tú también, que el Señor quiere escuchar los fervientes votos de nuestros seres queridos…


Por intercesión de San Daniel Comboni, en esta jornada del Día de la Madre, oramos y damos gracias por todas las madres del mundo a las que el Señor confió el cuidado precioso de la vida humana desde su inicio en el vientre.

Oración de la comunidad

Oración por las misiones y las vocaciones

¡Oh Padre!, tú quieres que todos los pueblos alcancen la salvación; despierta, pues, en todo creyente un nuevo fervor misionero, para que Cristo sea testimoniado y anunciado a los que aún no le conocen. Por intercesión de San Daniel Comboni sostén y alienta a los misioneros en su obra evangelizadora y sigue suscitando nuevas vocaciones para las misiones. Virgen María, Reina de los Apóstoles, que has ofrecido el Verbo encarnado al mundo, dirige la humanidad hacia Aquel que es la luz verdadera que ilumina a todo viviente, y haz de nosotros unos fervientes colaboradores suyos. Por Cristo nuestro Señor. Amen.

¡Gracias! 19 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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