La verdadera oración cristiana dice "Padre".

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"Si el hombre no ha descubierto nada por lo que morir, no es digno de vivir".

Martín Luther King


Pero nosotros vivimos ya que Cristo ha muerto por nosotros. Vivimos por la misericordia de Dios, y la vida comunica la misión de Dios. Aleluya, aleluya.



"Jesús dice que el Padre que está en el Cielo "sabe lo que necesitáis, antes incluso de que se lo pidáis". Por lo tanto, la primera palabra debe ser "Padre". Esta es la clave de la oración. Sin decir, sin sentir, esta palabra no se puede rezar. ¿A quién rezo? ¿Al Dios omnipotente? Está demasiado lejos. Esto yo no lo siento, Jesús tampoco lo sentía. ¿A quién rezo? ¿Al Dios cósmico? Un poco común en estos días, ¿no? Rezar al Dios cósmico. Esta modalidad politeísta llega con una cultura superficial.

Es necesario, en cambio, orar al Padre, a Aquel que nos ha generado. Pero no solo es necesario rezar al Padre "nuestro", es decir, al Padre de un "todos" genérico o demasiado anónimo, sino a Aquel "que te ha generado, que te ha dado la vida, a ti, a mí", como persona individual. Es el Padre "que te acompaña en tu camino", quien conoce toda tu vida, toda; que sabe lo que es bueno y lo que no lo es. Conoce todo... Si no empezamos la oración con esta palabra, no pronunciada por los labios, sino con el corazón, no podemos rezar como cristianos."

Papa Francisco. Homilía en Santa Marta.



Quien diga que Dios ha muerto

que salga a la luz y vea

si el mundo es o no tarea

de un Dios que sigue despierto.

Ya no es su sitio el desierto

ni en la montaña se esconde;

decid, si os preguntan dónde,

que Dios está sin mortaja

en donde un hombre trabaja

y un corazón le responde.

Himno Hora intermedia

Oración de la comunidad

Oración de intercesión por los misioneros

Señor, que has querido que tu Iglesia sea sacramento universal de salvación para todos los hombres, escucha bondadoso las súplicas que te dirigimos por los misioneros: sacerdotes, religiosos y laicos. Ya que te dignas concedernos la gracia de cooperar en la santificación de tu Iglesia, acepta nuestro deseo de hacerte amar y conocer, por el que te ofrecemos nuestra oración, amor y sacrificio, Para que por los méritos de tu Hijo Jesucristo bendigas a los misioneros, guardándolos de todo peligro, haciéndoles sentir tu presencia en sus trabajos y preocupaciones, haciendo de ellos unos apóstoles que emulen el fervor misionero de San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús, co-patronos de las misiones. María, Madre de la Iglesia, Estrella de la evangelización y Reina de las Misiones, acompaña a los misioneros en su entrega y concédeles el don de la perseverancia en su compromiso de dar a conocer a Jesucristo, nuestro Salvador y compartir el evangelio con quienes no lo conocen. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

¡Gracias! 15 personas oraron

"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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