El ciego de Jericó


Oración de la comunidad

La hemorroísa

Mujer que pugna por abrirse paso había oído que Jesús podía secar la fuente de sus hemorragias y devolverle doce años de vida. No se atrevió a tocar su Cuerpo Santo Ella, la impura, la que no podía tocar a nadie sin hacerle daño buscaba a tientas lo que no sabía. Hasta que al fin sus dedos tropezaron con el borde del manto que cubría la Carne intacta que vino a salvarla -Sangre por sangre- de sus agonías. La orla del manto transmitió la fuerza bastó la tela que tejiera un día la Madre Pura del Cordero Casto tela certera, manto de alegría. Seca la fuente, se cerró la herida muerta la muerte, renació la Vida. "¿Quién me ha tocado?" Todos y ninguno. Borde del manto: cree la hemorroísa.

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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El trovador de María

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