Cuando le preguntaron al Papa Pablo VI ¿qué es la Iglesia?, él respondió “es una comunidad de oración”. Imagínate alguien que se arrodilla y te ofrece un anillo de compromiso, que se te ofrece completamente a ti, y ve cómo le respondes, esto es la oración.

Si cumplo todos los deberes es como un cuerpo sin alma. El trato con Jesucristo se tiene a través de la oración, la escritura que es palabra de Dios, es desconocimiento de Jesucristo. Una manera de orar es hablar con Cristo con los Salmos. Pensar que los Salmos fueron muchas veces la oración de Jesucristo, y de la Virgen María quien se unía a Dios todos los sábados rezando uno de estos Salmos. Son alabanzas, hablan de Cristo, contienen mucho de los sentimentos de Critso.

San Juan Pablo II dijo “es de desear la Iglesia profundice en la oración de los Salmos”. Los sacerdotes y religiosas tienen el deber de orar la liturgia de las Horas, y aconsejo a los laicos lo hagan también, es un medio eficaz para orar con los Salmos.

Cuando rezas un Salmo, que es palabra de Dios, no solamente habla de Cristo, sino que es Cristo quien habla. Tú le estás prestando tu lengua a Jesucrito para que Jesucrito rece al Padre. Y cómo acojas en tu corazón las palabras de Cristo, cómo las hagas tuyas, esta palabra te purifica, te limpia. Aclara tu alma, la hace más semejante a Cristo.