Seguir... a Cristo

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Seguir... a Cristo.

S, de Servicio. 

Servir a Dios y a los demás es estar disponibles a las necesidades de los otros. Es una forma de imitar a Jesús, quien, siendo Dios, no vino a ser servido sino a servir.

Los cristianos, que queremos imitar al Señor, hemos de estar en disponibilidad de prestar un servicio alegre a Dios y a los demás, sin esperar nada a cambio; servir incluso al que no agradece el servicio que se le ofrece. En ocasiones, muchos no entenderán esta actitud de disponibilidad confiada. Pero basta saber que Cristo sí la entiende y nos acoge entonces como verdaderos discípulos suyos. El «orgullo» del cristiano es precisamente éste: servir como el Maestro lo hizo. Pero sólo aprendemos a darnos, a estar disponibles, cuando estamos cerca de Jesús. «Al emprender cada jornada para trabajar junto a Cristo, y atender a tantas almas que le buscan, convéncete de que no hay más que un camino: acudir al Señor.

Oración:

Aprendamos de Nuestra Señora a ser útiles a los demás, a pensar en sus necesidades, a facilitarles la vida aquí en la tierra y su camino hacia el Cielo.


E, de Entrega.  

San Agustín escribía: “Nada podemos dar a Dios que sea nuestro; pero si podemos dar al prójimo. Dando al menesteroso grajearás para ti la abundancia” Para los que somos creyentes, sabemos la importancia que tiene el dar servicio a los demás.

No es concebible para un cristiano amar al prójimo y no entregarse a él. Lo que entregamos es amor, caridad. Damos con ello ejemplo y testimonio de amor a Dios.

Oración:

Señor ayúdame a dar la vida por los míos. Dar mi vida por amor. No guardarme queriendo retener la vida entre mis manos. Dar mi tiempo, mi amor, mi descanso. Darlo todo.


G, de Generosidad.

La generosidad que no lleva cuenta. La que no está pendiente ni del cuánto ni del cómo. 

La generosidad es la virtud que nos conduce a dar y darnos a los demás de una manera habitual, firme y decidida, buscando su bien y poniendo a su servicio lo mejor de nosotros mismos, tanto bienes materiales como cualidades y talentos.

Oración:

Señor Jesús enséñanos a ser generosos a servirte como Tú mereces a dar sin medida, a combatir sin temor a las heridas, a trabajar sin descanso, sin esperar otra recompensa que saber que hemos cumplido tu santa voluntad.


U, de Unidad.

Ser parte de la Iglesia «quiere decir estar unidos a Cristo y recibir de Él la vida divina que nos hace vivir como cristianos, significa permanecer unidos al Papa y a los Obispos que son instrumentos de unidad y de comunión, y también significa aprender a superar personalismos y divisiones, entenderse mejor, armonizar la variedad y las riquezas de cada uno; en una palabra: a querer más a Dios y a las personas que están junto a nosotros». Papa Francisco.

Y prosigue: en la Iglesia, «hay una gran variedad, una diversidad de tareas y funciones; no hay la monótona uniformidad, sino la riqueza de los dones que el Espíritu Santo otorga. Pero hay la comunión y la unidad: todos están en relación unos con otros y todos participan en la formación de un solo cuerpo vital, profundamente unido a Cristo»

Oración:

Señor, te pedimos que nos ayudes a entender, comprender y potenciar la unidad con mis hermanos. Que sepamos ver en la diversidad de carismas una oportunidad de enriquecimiento de la Iglesia. Diferentes sí, pero trabajando en lo mismo: hacer conocer allá donde sea a Aquel que entregó la vida por nosotros.


I, de Ilusión. 

No podemos ser cristianos cabizbajos, alicaídos o tristes. El Papa Francisco nos pide a los cristianos ser alegres, que mostremos a los demás esa alegría de haber sido perdonados y redimidos por el Señor, evitando tener “cara de velorio”. La ilusión, la alegría brota de un corazón agradecido al haber descubierto a Cristo en su vida. 

Oración:

Señor danos el don de la alegría, que recobremos la ilusión del primer encuentro Contigo. Que seamos cristianos alegres, “hagamos todo el esfuerzo para mostrar a los demás que hemos sido redimidos, que el Señor nos ha perdonado todo, que, si caemos, Él también nos perdonará porque es el Dios del perdón, es el Dios en medio de nosotros que no nos dejará caer de la barca” Papa Francisco.


R, de Renuncia.

«Quien renuncia a todo, incluso a sí mismo, para seguir a Jesús, entra en una nueva dimensión de la libertad, que san Pablo define como caminar según el Espíritu». Papa Francisco. 

Algunos hombres y mujeres dejan todas sus posesiones precisamente para seguirle más de cerca, pero seguir a Cristo no es sólo tarea de esos cuántos hombres y mujeres, sino tarea de todo bautizado. Todos los bautizados por el hecho de ser hijos de Dios están llamados a seguir las huellas de su maestro. Pero para esto necesitamos dejar todo lo que nos impida amar a Cristo. De aquí la importancia de la entrega en el amor hasta el punto de olvidarnos a nosotros mismos para seguir a Dios en nuestros compromisos de cristianos.

Oración:

Aumenta mi fe para poder seguir el camino que me propones. Quiero ser tu discípulo, abrazar, por amor a Ti, los problemas y el sufrimiento que pueda encontrar el día de hoy, sabiendo que Tú estás conmigo y que todo tiene valor y recompensa, si es hecho por amor a Dios y a los demás.

Oración de la comunidad

Oración de intercesión por los misioneros

Señor, que has querido que tu Iglesia sea sacramento universal de salvación para todos los hombres, escucha bondadoso las súplicas que te dirigimos por los misioneros: sacerdotes, religiosos y laicos. Ya que te dignas concedernos la gracia de cooperar en la santificación de tu Iglesia, acepta nuestro deseo de hacerte amar y conocer, por el que te ofrecemos nuestra oración, amor y sacrificio, Para que por los méritos de tu Hijo Jesucristo bendigas a los misioneros, guardándolos de todo peligro, haciéndoles sentir tu presencia en sus trabajos y preocupaciones, haciendo de ellos unos apóstoles que emulen el fervor misionero de San Francisco Javier y Santa Teresa del Niño Jesús, co-patronos de las misiones. María, Madre de la Iglesia, Estrella de la evangelización y Reina de las Misiones, acompaña a los misioneros en su entrega y concédeles el don de la perseverancia en su compromiso de dar a conocer a Jesucristo, nuestro Salvador y compartir el evangelio con quienes no lo conocen. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6

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