MADRE DE CRISTO Y MADRE NUESTRA
“Concibiendo a Cristo, engendrando, alimentándolo, presentándolo en el templo al Padre, padeciendo con su Hijo, mientras Él moría en la cruz, cooperó en forma del todo singular, por la obediencia, la fe, la esperanza y la caridad, en la restauración de la vida sobrenatural de las almas. Por tal motivo es nuestra Madre en el orden de la gracia” (LG 61). Su maternidad perdura sin cesar en la economía de la gracia (cf LG 62).
Vivamos con amor de hijos y hagamos nuestra la misión del Corazón de María: dar a Jesús al mundo.
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"Que sus conversaciones sean siempre agradables y oportunas, a fin de que sepan responder a cada uno como es debido". Colosenses 4:6